La alerta que las autoridades belgas habrían lanzado a las españolas a propósito del imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, siguió alimentando ayer, una semana después de los atentados de Cataluña, la polémica sobre el papel de Mossos, Guardia Civil y Policía en la prevención de los ataques, de los que el clérigo islámico es tenido por cerebro.

Los Mossos admitieron, tras haberlo negado la víspera la Consejería de Interior, que la policía belga les pidió de modo "no oficial", hace más de un año, información sobre el imán y que ellos se limitaron a contestar que no tenían datos. Los Mossos precisaron que, en todo caso, no se trató de una alerta ni un aviso sobre la eventual peligrosidad del sujeto. El consejero de Interior catalán, Joaquim Form, insistió, visiblemente molesto, en que la petición fue "absolutamente informal", ya que los Mossos no pueden mantener "relación directa con policías de fuera" si no es a través del Ministerio del Interior.

La explicación dada por los Mossos tercia en la controversia entre las autoridades españolas y el alcalde de la localidad belga de Vilvoorde, Hans Bonte, quien aseguró el martes, y reiteró el miércoles, que la policía de su municipio se dirigió a la de Barcelona para alertarle del comportamiento sospechoso del imán. El Ministerio del Interior de España negó el miércoles haber recibido ninguna petición belga sobre el clérigo.

El correo en el que un agente de la localidad belga se dirigía a un "mosso" al que había conocido meses atrás en unas jornada policiales fue enviado en enero de 2016, según la agencia "Efe", que ha accedido al texto.

En él se solicitaban precisiones sobre Satty, quien quería trabajar de imán en esa localidad próxima a Bruselas, considerada vivero de yihadistas. Al parecer, fue un imán de Vilvoorde quien, tras detectar un comportamiento extraño en Satty, pidió a la policía de la localidad que hiciese averiguaciones sobre él.

"Quería preguntarte si hay posibilidad de indagar sobre una persona que quiere trabajar aquí, en Vilvoorde, como imán. En el fichero adjunto encontrarás su identidad. Sé que se está planteando ir a Barcelona en febrero y que está casado allí. Cuanta más información puedas compartir sobre este individuo, ¡mejor!", indicaba el policía belga a su colega catalán. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) criticó ayer la gestión del agente belga y recordó que las relaciones internacionales son competencia exclusiva de la Policía Nacional.

Esta polémica sobre Bélgica o la suscitada por la decisión de los Mossos de considerar "ordinaria" la explosión del chalé de Alcaner han reabierto la cuestión de la integración de la policía catalana en Europol, organización supranacional de la que permanece excluida, a diferencia de la Ertzaintza vasca. Ciudadanos y PSC defendieron el acceso de los Mossos a Europol, mientras que la Generalitat aseguró que el asunto pone de relieve la necesidad de un Estado catalán.

Investigación exterior

Es precisamente al exterior hacia donde se dirigen ahora las investigaciones judiciales, que tras el desmantelamiento de la célula de Ripoll, han entrado en una segunda fase. Fuentes jurídicas informaron de que en esta fase se trata de desentrañar las conexiones en Francia, Marruecos y Bélgica de los terroristas de Ripoll.

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que dirige la investigación, se reunió ayer con responsables de los Mossos, la Guardia Civil y la Policía Nacional para coordinar esos próximos pasos, que estarán comandados por el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo (CITCO), dependiente del Ministerio del Interior.

Además de las conexiones en Bélgica del imán de Ripoll, otra de las líneas de investigación se está centrando en el viaje relámpago que los terroristas hicieron a la región de París los pasados días 11 y 12, presumiblemente en busca de detonadores para sus explosivos, dispositivos que no son fáciles de fabricar de forma casera.