El hecho de que haya sido un imán el reclutador de los autores del doble atentado en Cataluña, sorprende a los musulmanes, que no entienden que el clérigo no estuviese "controlado" por los propios miembros de la comunidad. "La gente que va a una mezquita debe controlar esas cosas, debes saber a quién tienen de imán y que discursos hace", señala Driss Boudem.

Ese control de los imanes se realiza sobre todo cuando "son nuevos". "Se pregunta de dónde viene, qué es lo que hace, de qué va a hablar, por si no gusta", añade. "Lo que queremos es que el imán enseñe religión. Me extraña que un imán instalado en una mezquita española haga esas cosas", expresa.

El salafismo y el yihadismo están causando una auténtica herida. "No entendemos nada.Yo crecí en una familia suní y nos choca muchísimo. El Islam existe desde hace más de mil cuatrocientos años y de repente surge un grupo que dice que hay que matar. No sabemos quiénes son los salafistas, ni qué representan. De dónde sale el ISIS, quién lo mueve, de dónde saca el dinero, las armas. Lo que menos hay ahí es religión", asegura. La comunidad musulmana, añade, trabaja para integrar a su hijos, y que "sigan el buen camino". "Niños que han crecido aquí y está integrados que de repente cambian. Hay que controlarlo bien, no podemos dejar que se desvíen. No llego a comprender qué les pueden meter en la cabeza para que lleguen a hacer esto.Esos grupos buscan a gente desesperada, presas fáciles", cree.