Ni arrepentimiento ni delaciones. El colectivo de presos de ETA (EPPK) ha decidido, tras un debate interno, que será cada recluso quien decida si opta o no a los diferentes beneficios penitenciarios y advierte: "Que nadie nos pida ni el arrepentimiento político ni la colaboración para encarcelar o alargar las condenas de otros compañeros".

El periódico "Gara" publicó ayer un documento de conclusiones del EPPK, en el que se detalla la hoja de ruta de los presos etarras para buscar salidas a "la situación de los 330 encarcelados".

El texto señala que habrá diferentes opciones basadas en la situación jurídica de cada preso y que será cada recluso quien inicie las diferentes vías legales relacionadas con redenciones, destinos carcelarios, cambios de grado, permisos o libertades condicionales. Pero el documento deja claro que no aceptarán ningún paso que pueda ir en contra de la militancia política o "que pueda ser políticamente utilizado para dañar el proceso de liberación".

"El tiempo de la confrontación armada quiere ser cerrado en Euskal Herria y, estando de acuerdo con esta oportunidad de futuro, que nadie nos pida renunciar ni a nuestras ideas ni a nuestros objetivos políticos", subraya el texto.

Hoja de ruta

La hoja de ruta del EPPK para "trabajar la vía jurídica" será la siguiente: cada preso se hará con su historial jurídico y estudiará con sus abogados las opciones que tiene con la legalidad actual. El informe de cada preso se trasladará a la dirección del colectivo y luego a los ciudadanos "para que en los pueblos sepan" cuál es la situación. Después, estarán en manos de cada preso los pasos a dar.

En el caso de aquellos que fueron encarcelados "a raíz de declaraciones obtenidas bajo tortura", apunta el documento, se pedirá la revisión de los casos.