Es la frase del día, sobre todo porque resume a la perfección el tenor de las declaraciones que cuatro exministros de la era Aznar prestaron ayer como testigos ante el tribunal que juzga la primera época de Gürtel. "No lo sé, no me consta, lo desconozco", soltó Jaime Mayor Oreja, extitular de Interior, cuando la acusación del PSOE le inquirió por los apuntes contables a su nombre que figuran en los denominados "papeles de Bárcenas" y que suman un total de 93.000 euros.

Los cuatro comparecieron a petición de la defensa del extesorero. Y con un grado de "amnesia generalizada" que la nueva portavoz del PSOE en el Congreso, Margarita Robles, vio, cuando menos, "sorprendente".

El más locuaz fue el único que aún tiene responsabilidades ejecutivas en el PP: el vicesecretario de política autonómica y local, Javier Arenas, secretario general del partido entre 1999 y 2003. El más locuaz, y también el más suelto, puesto que incluso se permitió aclarar al tribunal que él nunca ha usado la coletilla de "campeón" que se le atribuye.

Pero, en su declaración, Arenas también dejó espacio para las sentencias que indican su grado de confianza en el partido: "Nunca podría entrar en mi cabeza que el Partido Popular tuviera fondos en Suiza".

Arenas tampoco tuvo reparos en referirse al famoso "despido en diferido" de Luis Bárcenas, y reconoció que en 2010 celebró con el extesorero y con su esposa, Rosalía Iglesias, una reunión que fue "más humana que política" y en la que no se trataron cuestiones económicas. Se le ofreció, eso sí, "una salita para dejar sus cosas" y se le dijo que "si necesitaba un coche del partido, que lo pidiera". Por entonces, recordó, "el grado de vinculación del señor Bárcenas con Génova era altísimo, lógicamente".

Y aunque no pudo evitarse que las declaraciones de los exministros derivaran en un interrogatorio sobre los apuntes contables del extesorero, aún pendientes de juicio, las acusaciones -y especialmente el abogado de Bárcenas- también preguntaron a los comparecientes si mediaron para adjudicar contratos públicos a empresas donantes, tal como afirmó en su declaración el cabecilla de la red, Francisco Correa.

Los cuatro lo negaron alto y claro: ni Bárcenas, en su calidad de gerente del partido, ni Álvaro Lapuerta como tesorero (al que no se juzga porque padece demencia senil) les pidieran intercesión ninguna en ese sentido. Y aquí, también, fue Arenas quien más se explayó. Cuando llegó a la secretaría general en 1999, Lapuerta le dijo "de forma nítida y clara" cuáles eran las tres fuentes de financiación del partido: subvenciones, aportaciones de militantes y donativos. Y le añadió "una y cien veces que nunca, nunca, el partido recibió una donación a cambio de algo".

Los cuatro negaron también haber recibido los sobresueldos que figuran en los "papeles" del extesorero. "No son cantidades que yo haya recibido", dijo Rodrigo Rato. "Jamás he recibido ni un solo euro ajeno a mi retribución y le voy a decir además que nadie me lo ha propuesto, lo que me produce cierta satisfacción", afirmó Arenas. Y Ángel Acebes dijo que "nunca" los cobró.

El exeurodiputado Gerardo Galeote -cuyo hermano Ricardo es uno de los 37 acusados- y Mayor Oreja negaron, a preguntas del abogado de Bárcenas, que el extesorero se lucrara con viajes que se habrían abonado siguiendo sus instrucciones y que se facturaron al Partido Popular europeo.