Como un fusil escupiendo metralla salió la portavoz de Podemos, Irene Montero, a explicar las causas de la moción de censura presentada por su grupo contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Dos horas y veinte minutos después, Montero no había perdido un ápice de ímpetu en una intervención cuya columna vertebral fue la denuncia de la corrupción, caso por caso y nombre por nombre, sin olvidarse de explicar a sus señorías, a la nación y al diario de sesiones -"para que quede constancia"- los mecanismos de funcionamiento de lo que calificó como "economía extractiva".
Montero tiene 29 años y lo que le pueda faltar de experiencia en lides como la de ayer -lleva menos de cuatro meses de portavoz en el Congreso- lo compensó con la energía que imprimió a una intervención que sembró de apelativos hirientes -"señoritos del cortijo" y "nuevo búnker" fueron de las más suaves- y que inició con un homenaje a la memoria de la mujer asesinada ayer de madrugada por su pareja en Granada.
El tono de la intervención, poco habitual en el hemiciclo, brindó a Rajoy la posibilidad de iniciar su réplica con ironías. El jefe del Ejecutivo alabó el "análisis moderado, ponderado, ecuánime y equitativo" de la portavoz antes de empezar a desgranar sus argumentos de descalificación de la moción de censura con la sarcástica advertencia de que pretendía "introducir racionalidad en el debate".
Para entonces Montero había irritado tanto a la bancada popular que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, tuvo que pedir hasta diez veces silencio y llegó a advertir que "el murmullo" impedía escuchar a la oradora. "Tratan a España con la misma arrogancia con la que me tratan a mí ahora", lanzó la portavoz a los populares antes de negar que los corruptos sean "casos aislados", asegurar que para el PP "lo adjetivo es la política; lo sustantivo los negocios" o que "la corrupción tiene una sede: Génova 13" y "Rajoy trae los ojos cansados de mirar a otro lado".
Montero salpicó su intervención de alusiones feministas, dedicó un apartado a reclamar el derecho de Cataluña a decidir, denunció un retroceso de los derechos civiles y arremetió contra la amnistía fiscal de Montoro, el uso de la fiscalía por el Gobierno, la "brigada política" de Interior o los vetos del Ejecutivo a las iniciativas legislativas del Congreso. La portavoz defendió el valor de la actual moción de censura, afirmando que aunque no triunfe "es un primer paso".
Rajoy, tras sus primeras ironías, puso en duda la seriedad de la moción, que calificó de "desahogo" y dio a entender que, en realidad, va dirigida contra el PSOE. En una finta, se preguntó cómo se puede achacar "tanta tropelía" a un Gobierno que solo lleva siete meses. Admitió casos aislados de corrupción y acusó a Montero de banalizarla por "exagerar y mentir".
Además, tildó a Podemos de ser "tan dañinos como la corrupción" ya que "con un esfuerzo mínimo", dijo, consiguen "niveles de infamia máximos". En su opinión, Podemos ha degradado la moción de censura a la categoría de "instrumento de agitación social" al que la formación morada recurre porque "les debilita que la situación mejore y por eso pintan a España de negro, porque necesitan las malas noticias como comer, y si no las hay las fabrican".
