El fiscal Moix justificó ayer su renuncia a seguir al frente de Anticorrupción como "una cuestión de proteger a mi familia, que no tiene que estar sometida a la presión por parte de los medios de comunicación, y también de proteger a la institución, porque creo que no es bueno que el Ministerio Fiscal esté en boca del todo el mundo respecto a cuestiones que exceden el ejercicio de las funciones del fiscal". En una entrevista radiofónica, Moix reconoció que alguno de sus hijos ha escuchado "acusaciones fuertes" contra él y que ese fue uno de los motivos que le llevó a abandonar la Fiscalía Anticorrupción, pese a no haber cometido "ni irregularidades ni ilegalidades".

"Hay quien confunde autonomía con independencia", defendió ayer en León el fiscal general del Estado, José Manuel Maza, para defender a quienes le acusan de condicionar la actuación del Ministerio Público en determinados casos judiciales relacionados con el PP. "La autonomía se encuentra a mitad de camino de lo que puede ser un militar, que tiene que obedecer las órdenes que recibe, y un juez, que no puede recibir órdenes de nadie, mientras que el fiscal puede y debe recibir órdenes porque impera el principio de jerarquía y de unidad de actuación", explicó Maza en la apertura del congreso de la Unión Progresista de Fiscales (UPF), cuyo presidente, Álvaro García Ortiz, le pidió que dimitiera tras apoyar a Moix cuando ya era conocida su vinculación con una sociedad radicada en una paraíso fiscal. Para García Ortiz la dimisión de Moix era "la única solución posible" para evitar el desgaste de la Fiscalía.