El líder del PSOE, Pedro Sánchez, aprovechó ayer una visita a la Feria del Libro de Madrid para, once días después de imponerse en las primarias, lanzar un guiño a los votantes de Podemos, a pesar de que su grupo parlamentario no apoyará la moción de censura de la formación morada contra el Gobierno, que se debatirá en el Congreso el próximo día 13. Sánchez afirmó que se siente "muy próximo a los votantes de Podemos", pero precisó que no comparte "algunas cuestiones y formas de hacer" de su líder, Pablo Iglesias.

Tras reiterar que su partido no va a apoyar la moción, Sánchez mantuvo el misterio sobre si su grupo optará por la abstención o por el voto en contra: "Paso a paso", dijo, "todavía quedan unos días".

Sánchez insistió en que el Gobierno es "evidentemente censurable por la degeneración" que, a su juicio, está originando en el sistema democrático y por su "utilización tan partidaria de las instituciones públicas", pero hizo hincapié en que, después de la investidura fallida de la anterior legislatura, una situación similar no se puede reproducir. "Si hay un cambio tiene que ser con todas las consecuencias, donde den los números, y desgraciadamente esos números ahora no dan", zanjó.

El guiño al votante morado no ha sido muy apreciado en las filas de Podemos. Su secretario de Análisis Estratégico y Cambio Político, Íñigo Errejón, replicó de inmediato a Sánchez que, en lugar de lanzarse a declaraciones "más o menos amistosas", haga caso de los militantes del PSOE y apoye la moción de censura.

"No se trata de hacer declaraciones más o menos amistosas a los votantes de otra opción política sino de marcar con hechos iniciativas conjuntas que demuestren que podemos formar una alternativa al PP", resaltó el dirigente de Podemos. En su opinión, ese es el mensaje que las bases socialistas lanzaron al elegir a Sánchez: que no querían que el PSOE fuera "la pata débil de la gran coalición".

Tras descartar que las palabras de Sánchez puedan interpretarse como una "declaración de guerra" para robarle votantes a Podemos, Errejón estimó que "obras son amores y no buenas razones" y que el líder socialista tiene la oportunidad de demostrar su proximidad apoyando la moción de censura el próximo día 13.

El PSOE culminará el próximo día 18 su 39º congreso federal con un gran acto junto a más de 4.000 militantes y simpatizantes, con los que el secretario general, Pedro Sánchez, quiere "compartir ese momento muy especial", después de los meses de fuerte crisis interna que han vivido los socialistas. "Queremos dar cabida al conjunto de progresistas que quieran compartir con nosotros ese 18 de junio", dijo ayer Sánchez en su visita a la Feria del Libro de Madrid.

Tras garantizar que la "estructura y el proceder de un congreso socialista va a ser como siempre", explicó que el acto masivo se hará en un pabellón del recinto ferial (Ifema), porque en el Palacio Municipal de Congresos, donde se celebrará el cónclave, solo caben 2.000 personas.