El juez Eloy Velasco, instructor de los casos "Lezo" y "Púnica", dejará el próximo 1 de junio todas las investigaciones que tiene a su cargo como titular del juzgado central número 6 de la Audiencia Nacional. La razón es su traslado a la sala de Apelaciones de ese mismo tribunal, de nueva creación y donde coincidirá con el magistrado de la sala de lo Penal Enrique López.

La Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) les ha adjudicado esas dos plazas de conformidad con el informe que solicitó al gabinete técnico sobre la condición de especialista en el orden jurisdiccional penal, un informe que considera que ambos reúnen esa condición.

En virtud de las normas de reparto de la Audiencia Nacional, será Carmen Lamela, la juez titular del juzgado central número 3, la que se ocupará de los casos que instruía Velasco hasta que se designe al sustituto definitivo. Pero Lamela opta a la plaza de presidenta de la Sala de lo Penal, un traslado que el CGPJ también debe resolver pronto.

Cinco jueces de la Audiencia han presentado recurso contra las designaciones de Velasco y López para la sala de apelaciones, pero el Supremo no suspenderá cautelarmente el traslado del instructor de Lezo mientras resuelve los recursos, lo que podría llevar meses. Los recursos fueron presentados por los jueces Ramón Sáez, Ángel Hurtado, José Ricardo de Prada, Manuela Fernández de Prado y Clara Vayarri.

Con todo y anunciarse su inminente abandono de los casos que instruye, Velasco trocó ayer la situación de prisión incondicional del exdirigente del PP de Madrid Francisco Granados por la de prisión eludible bajo fianza de 400.000 euros, algo a lo que se había negado en varias ocasiones por los riesgos de destrucción de pruebas y de fuga del recluso. Granados lleva en la cárcel de Estremera (Madrid) desde el 31 de octubre de 2014.

Velasco justifica este cambio de postura en el resultado de los últimos registros en la causa en relación con Arpegio-Prisma, lo que disminuye el riesgo de destrucción y desaparición de pruebas, y porque ya se ha levantado el secreto que pesaba sobre diversas piezas separadas secretas.

Sin embargo, el juez exige a Granados el pago en metálico de la fianza, y la persona que conste como "fiador" deberá comparecer en el juzgado, lo mismo que el recluso, tras su excarcelación, dos veces cada mes.