Cristina Cifuentes hizo oficial ayer su voluntad de presidir el PP de Madrid con un proyecto de partido que avance en la regeneración democrática y recupere la credibilidad ante la "desmoralización, vacío de poder y parálisis" que quedó tras la "deserción" de Esperanza Aguirre.

Para anunciar su candidatura, Cifuentes reunió a la gestora del PP madrileño, que ella presidía desde que Aguirre anunció su dimisión -hizo ayer un año-, y les dijo que dimitía para garantizar un proceso limpio y sin interferencias.

Con su proyecto, pretende fraguar un PP "fuerte, honesto, cercano, trabajador, honrado", en el que sus dirigentes tengan claro que están "para servir a los ciudadanos y no para servirse de ellos". De ahí que, si es nombrada presidenta, quiera obligar a toda la nueva dirección a firmar el código ético que tuvo que fijar para su Gobierno y para el Grupo Popular en la Asamblea de Madrid a cambio de conseguir el apoyo de Ciudadanos.