Vistalegre fue un clamor. "¡Unidad, unidad", gritaron los miles de asistentes desde las gradas de la antigua plaza de toros de Carabanchel. Una, dos y cien veces se desgañitaron desde los tendidos para exigir a su cúpula que cese la fractura evidente en los meses que han seguido a las elecciones generales. Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y los anticapitalistas de Miguel Urbán y Teresa Rodríguez pudieron pulsar de primera mano el sentir de unas bases que demostraron su descontento con la división interna. Descentralización, protagonismo para los círculos y mayor autonomía interna fueron los mensajes más repetidos a lo largo del pulso que vivió ayer la formación morada.

La catarsis colectiva de Vistalegre se dejó notar entre los discursos de "los primeros espadas" de Podemos. Pablo Iglesias aprovechó su discurso de bienvenida, como secretario general, para advertir que "el ensimismamiento y la división trabajan para el enemigo" y también para hacer una cierta autocrítica: "hemos cometido errores, pero de aquí salimos con más unidad, fraternidad e inteligencia". Los aplausos al secretario general de camisa blanca certificaron su más que segura victoria en el desigual duelo con su oponente, el andaluz Juan Moreno Yagüe, aunque los resultados, con 155.275 votos telemáticos en toda España, una cifra no alcanzada en ninguna consulta interna anterior, no se conocerán hasta primera hora de la tarde de hoy.

Pero el interés del "cara a cara" de Vistalegre estaba en la química de Iglesias con su exlugarteniente, Íñigo Errejón. Hubo abrazo y declaración de buenas intenciones. Y hasta ahí. El líder de Podemos en su última intervención, la tercera, incluso lanzó una propuesta que sonó a oferta, tanto a Íñigo Errejón como al anticapitalista Miguel Urbán. "Cuento con vosotros", proclamó desde el escenario para satisfacción de unas gradas que volvieron a gritar el "¡unidad, unidad, unidad", ayer protagonista del cónclave podemista, muy por encima del habitual "sí se puede". Para entonces, Iglesias ya había cargado contra el PP y el PSOE. "No me creo esa geografía parlamentaria de que el PP es la derecha y el PSOE la izquierda. No nos podemos parecer a ellos ni en los andares. Ojalá el PSOE rectifique. La transversalidad es parecerse a la gente, no al PSOE, al PP o a Ciudadanos".

Íñigo Errejón, de camisa azul cielo, lanzó un mensaje de optimismo. "Algunos decían que nos íbamos a matar pero en Vistalegre nos hemos encontrado. De aquí saldrán mejores ideas para que ganemos". Aunque se oyó algún silbido, ciertamente tímido, Errejón fue jaleado cuando recomendó al PP que tenga cuidado "no vaya a ser que su siguiente congreso sea un centro penitenciario" y luego dijo sentir "pena cuando escucha a la gestora socialista decir que el enemigo no es este gobierno chapucero sino el populismo, que es como llaman al cambio los que ahora están lejos del pueblo". El "enfant terrible" de la formación morada miró al día después de Vistalegre 2 con un elocuente "el lunes tenemos que ser más Podemos, más juntos y con más voluntad (...) Ensanchar, sumar, multiplicar".

Los terceros en liza, los anticapitalistas, trataron de tender puentes filas adentro. Miguel Urbán y Teresa Rodríguez subieron juntos al escenario morado. Ovación cerrada al madrileño, que levantó a los miles de inscritos presentes en el coso reconvertido en multiusos cuando gritó: "aquí no hay enemigos. El enemigo está fuera. El antídoto contra los poderosos y contra el fascismo se llama Podemos. No nos podemos equivocar". Teresa Rodríguez cambió a un registro más sereno, más pausado, para dar un toque a pablistas y errejonistas. "Hay una palabra que rima con unidad, humildad".

Tarde de documentos

En la sesión de la tarde llegó el momento de defender los documentos de organización, uno de los debates donde mayores son las fricciones entre las principales familias de Podemos. Urban volvió a tomar la palabra para marcar distancias con el congreso del PP. "Ellos aprueban que Cospedal acumule cargos, nosotros aquí debatimos de lo contrario, de repartir el poder".

El secretario de organización, Pablo Echenique, ahora en la lista de Iglesias, planteó la necesidad de "una remodelación radical, de los pies a la cabeza" y admitió la descentralización, pero empezando por los secretarios generales autonómicos "que tienen mucho poder", dijo. "Descentralización no es feudalización, hay que descentralizar hacia abajo", sostuvo. El único conato de incidente en una jornada intensa pero a la vez tranquila y casi festiva en la plaza de Vistalegre llegó apenas iniciada la intervención siguiente, cuando le tocaba el turno a Rita Maestre, un espontáneo salió de entre bambalinas e interrumpió a una de las voces más activas y críticas del equipo de Errejón. "¡Eso no, eso no! y otra vez gritos llamando a la unidad. Cuando Maestre tomó de nuevo la palabra fue directa al grano. "Las listas deben dejar de hacerse en Madrid. Fin a las listas plancha y a los cuneros", reivindicó la diputada madrileña. Una exigencia compartida por muchas organizaciones territoriales. La cuarta candidatura en liza, Podemos en equipo, denunció "la deriva cainita" de la organización, en palabras de Miguel Martín mientras que Fernando Ángel Barredo cerró la jornada reprochando a Echenique que tiene más de "80.000 reclamaciones sin resolver".