Rajoy hizo de Rajoy. Si alguien esperaba cambios de timón en el 18 congreso del PP es que desconoe la máxima que el reelegido presidente del partido se encargó de repetir ayer: "En esta vida se cambia lo que no funciona". Y para Rajoy el PP funciona: por eso mantuvo como secretaria general a María Dolores de Cospedal, aunque designó coordinador a Fernando Martínez-Maillo, que asumirá algunas de las competencias que hasta ahora desempeñaba la también ministra de Defensa. Y las vicesecretarías siguen como estaban: con Javier Maroto (política social), Javier Arenas (asuntos territoriales), Pablo Casado (comunicación) y Andrea Levy (estudios y programas) al frente. Rajoy señaló que ha dado mucho de sí al partido. "Pero puedo dar mucho más", recalcó como aviso para el futuro.

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Pasaban las 21.16 de la noche cuando la madrileña Cristina Cifuentes leyó el escrutinio de las votaciones que auparon a Rajoy por cuarta vez como presidente del partido: un 95,65 por ciento de los votos le respaldaron.

Los populares se encargaron de que su congreso se definiese justamente por oposición a los escenarios que afrontan el resto de partidos. Con Podemos en plena ebullición a pocos kilómetros, Ciudadanos habiendo exhibido un debate sobre su definición y el PSOE con unas complejas primarias ante sí, Rajoy se esmeró en dibujar un Partido Popular sosegado, "de sentido común" y en el que prima "la épica de la prudencia y la aventura de la serenidad en estos tiempos tan turbulentos". "Nos regimos por la eficacia, no por la moda y el qué dirán", añadió.

Esa imagen del PP se contrapone, dijo, a la de "quienes no ofrecen más que canciones y solo enseñan a echar la culpa a los demás". Esos, dijo "no van a construir el futuro" para los jóvenes.

El Partido Popular, afirmó, "no quiere revoluciones ni sobresaltos, ni divide a los españoles, sino que busca la concordia y la unión".También pidió que el partido siga fiel a su trayectoria y se aleje de la tentación de escuchar "las lecciones de democracia de otros". Fue su discurso toda una llamada al orgullo de la identidad: "Somos reformistas, a nuestro ritmo".

Terrorismo y Catalunya

Hubo dos énfasis en su discurso como candidato ante el plenario: un recuerdo a las víctimas del terrorismo y la afirmación de que "hay dirigentes de Catalunya que quieren pasar por encima de la ley con decisiones que van en contra de la tradición de España, pero no van a tener éxito porque no lo vamos a permitir". Y hubo una ausencia: la corrupción pasó de largo, convencido el PP de que este congreso marque un antes y un después en su imagen.

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Para cuando Rajoy fue proclamado, las tensiones de la mañana por la continuidad de Cospedal se habían diluido, ya que la ponencia política de la que quedó excluida la enmienda que pretendía vetar la acumulación de cargos fue aprobada por amplia mayoría. Pero el rifirrafe de la discusión de la enmienda, en el que la asturiana Mercedes Fernández tuvo que intervenir para afirmar que no era idóneo imponer limitaciones en los estatutos, acabó por provocar la dimisión de un alto cargo de la dirección del Partido Popular de Castilla-La Mancha. Fernández Maillo se encargó de ahogar las insinuaciones de "pucherazo" al afirmar que "hay que aceptar lo que decide la mayoría".

Balanza equilibrada

Mantener a Cospedal en la Secretaría General permite a Rajoy equilibrar la balanza interna entre la manchega y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sainz de Santamaría. Pero Cospedal había demostrado sacrificio al asumir el coste de los escándalos de corrupción anteriores a su llegada y mantener el pulso del partido en tiempos en los que el gobierno tomaba decisiones impopulares.

En el discurso de Rajoy hubo, además, un mensaje que caló bien en delegaciones de comunidades. El presidente del PP reclamó congresos regionales y locales tranquilos y que "sirvan para reafirmar la unidad". "En este partido caben todos y las legítimas diferencias no pueden terminar en enfrentamientos que a nadie benefician", dijo. Por eso reclamó "integración y sumar" en los siguientes procesos congresuales que se celebrarán en las próximas semanas.

Las discusiones de la mañana en las ponencias apenas tuvieron eco más allá de la polémica que había suscitado la propuesta de avalar la gestación subrogada. Finalmente el partido decidió cerrar el debate interno con una redacción que se compromete a recurrir primero a los expertos antes de abordar una posición política. También los populares han modificado levemente la referencia al aborto que llevaban en sus estatutos. Ahora señalan que "no es un derecho sino un fracaso".