El XVIII Congreso del PP ratificará este fin de semana el liderazgo de Mariano Rajoy en un clima gran tranquilidad interna, apenas alterado por el debate en torno a la continuidad de María Dolores de Cospedal en la secretaría general del partido. La convención, que se abre hoy a las cuatro de la tarde, será la primera en treinta años sin presencia de José María Aznar.

Las horas previas al comienzo del cónclave se consumieron ayer en la búsqueda de consensos sobre la establecimiento o no de límites a la acumulación de cargos, uno de los asuntos con mayor presencia en las discusiones previas.

Es un debate que tiene como epicentro a Dolores de Cospedal, quien ahora compagina su cargo de ministra de Defensa con la secretaría general del PP y con la presidencia del partido en Castilla-La Mancha.

La duda sobre la continuidad de Cospedal en responsabilidades orgánicas -algo para lo que ella se postula pero que la convierte en blanco de críticas internas- solo la resolverá Mariano Rajoy cuando, mañana sábado, en su discurso como único candidato a la presidencia, anuncie los nombres de aquellos que estarán con él en la dirección del partido.

Diversas fuentes consultadas por Efe daban ayer por casi segura la continuidad de Cospedal en la secretaría general. Tampoco se esperan grandes cambios de estructura, sin descartar que Rajoy aligere las atribuciones de su segunda con el nombramiento de un coordinador que asuma el control del día a día del PP, responsabilidad que, previsiblemente, recaería sobre Fernando Martínez Maillo, ahora vicesecretario de organización.

Martínez Maillo es el coordinador de la ponencia política y de estatutos, el texto que dará forma al ideario y a las normas de funcionamiento interno del PP para los próximos años. Será la primera que se debata, directamente en el plenario, tras la apertura del congreso esta tarde. Ayer estaban todavía por resolver entre doscientas y trescientas de las más de 1.300 enmiendas presentadas al texto básico.

Entre esas propuestas destaca una del dirigente madrileño Íñigo Henríquez de Luna -mano derecha de Esperanza Aguirre en el Ayuntamiento de Madrid- consensuada ya y que se incorporará a la ponencia para promover una "gradual separación y limitación en la acumulación de cargos institucionales de gobierno y orgánicos del partido". Del congreso popular saldrá así una declaración de intenciones que comprometería en el futuro a los populares a resolver situaciones como la de Dolores de Cospedal y la de otros cargos institucionales que son también dirigentes del partido.