En vísperas de sentarse en el banquillo, a partir del lunes, en el juicio por la consulta soberanista del 9N, el expresidente de la Generalitat, Artur Mas, advirtió contra las posibles respuestas "coercitivas" del Estado ante el referéndum unilateral de septiembre. Más anticipa que si los catalanes son "puestos al límite" "no se quedarán en casa" y responderán de forma "masiva" en las calles, por los que invita al Gobierno de Rajoy a no "subestimar" al independentismo y a responder de forma "proporcional" al proceso hacia la desconexión catalana.

El líder del PDeCAT reconoce que sería "una sorpresa" que el juicio que comienza el lunes no concluyera con su inhabilitación.

Pujol ve a Junqueras president

Esa decisión judicial dejaría a Mas fuera del juego político, según reconoce otro expresidente, Jordi Pujol. En una conversación con un grupo de jóvenes difundida ayer por "La Vanguardia", Pujol descarta que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tenga opciones para encabezar alguna vez el Ejecutivo catalán y ve con más posibilidades a Oriol Junqueras. "Si las cosas no mejoran un poco por parte del PDeCAT, es fácil que el presidente de Cataluña sea Junqueras, en alianza supongo que con el PDeCAT, si lo quieren. ERC se aprovecha mucho de la debilidad que en estos momentos tiene Convergència", reflexiona.

Pujol relata que, cuando en 2014 estalló el escándalo por la fortuna oculta en el extranjero, dijo a sus compañeros de partido: "A mí expulsadme, me retiráis todos los honores y la pensión como expresidente. Toda la mierda para mí". Como "contrapartida", Pujol les pidió que no "renunciaran a la obra hecha" en sus 23 años al frente de la Generalitat.