Cinco años han pasado desde que ETA anunciara el cese definitivo de su actividad armadaETA . El 20 de octubre de 2011 La banda terrorista emitía un escueto comunicado en el que declaraba su "compromiso claro, firme y definitivo" de "superar la confrontación armada".

Hoy en día ETA sigue existiendo como organización, sus arsenales no se han desmantelado -pese a hallazgos como el de la semana pasada en el norte de París-, pero ya no determina la vida política de Euskadi, tal y como han reflejado las sucesivas campañas electorales, en las que, ya con la izquierda abertzale en liza legal, el cierre de la violencia no ha centrado los debates.

Sin embargo, el quinto aniversario de este alto el fuego de ETA llega en mitad de un escenario político incierto y con un Gobierno vasco abocado al diálogo, factores que no han dejado pasar por alto las cuentas pendientes de la banda terrorista.

El desarme definitivo

Cinco años después de que la banda terrorista anunciara el cese de su actividad, la posibilidad de escenificar una entrega de armas ha caído ya en el olvido. ETA ya escenificó en un simulacro de febrero de 2014 la entrega de su arsenal. Sin embargo, desde entonces han sido varios los zulos que la Guardia Civil y la Gendarmería francesa han hallado con armamento de la banda terrorista.

El último fue encontrado el pasado fin de semana en un bosque al norte de Francia. En concreto, este zulo de ETA tenía 145 armas cortas (entre pistolas y revólveres), el hallazgo más importante desde 2004. Este año fue localizado en Saint Michel (Francia) 500 kilos de explosivos.

La dispersión de los presos

El desarme definitivo de ETA lograría, sin lugar a dudas, avances en la dispersión y política penitenciaria de los presos de la organización. Este colectivo de reos, prácticamente olvidado por el Gobierno, tiene cada vez menos fuerza. En la actualidad, hay 355 presos de ETA: 274 presos en las cárceles españolas --sólo tres dentro del País Vasco--, 79 en Francia, uno en Portugal y uno en Suiza.

Si el Gobierno de estos últimos años no ha iniciado el proceso de acercamiento de presos de ETA al País Vasco es, entre otros factores, por la diferencia ideológica con sus votantes. Sin embargo, un desarme definitivo de la banda terrorista podría suponer el fin de la dispersión.

La memoria y las víctimas

Aunque la sociedad vasca se ha amoldado rápidamente a vivir sin ETA, lo ha conseguido a base de no hacer una revisión crítica de la historia. Las décadas en activo de la banda terrorista han marcado la historia del País Vasco y, aunque la tensión se ha rebajado, las víctimas de los ataques de ETA no olvidan lo ocurrido.

Erradicar la cultura del odio y prevenir la radicalización evitando hechos como algunos homenajes a presos de ETA son algunos de los pasos que piden las asociaciones de víctimas para normalizar a relación con la organización.