El líder de Ciudadanos (C's), Albert Rivera, condicionó ayer el apoyo de su formación a los Presupuestos Generales del Estado para 2017 a que el Gobierno ponga fin a los recortes en sanidad, educación y dependencia. Asimismo exigió que las cuentas del próximo ejercicio no "metan la mano en el bolsillo de la clase media" con subidas del IRPF o el IVA.

El Gobierno, que cuenta con el respaldo de los 137 escaños del PP, necesita además los 32 de C's y el de Coalición Canaria para reeditar la minoría de 170 escaños que permitió la investidura de Mariano Rajoy. A esa minoría deberá sumar, además, otros seis escaños, de los que cinco podrían venir del PNV, partido con el que el PP ha iniciado conversaciones que, por el momento, parecen estar aún muy verdes. El sexto escaño podría venir de Nueva Canarias.

En cuanto a los impuestos, Rajoy aseguró el viernes que aún no ha tomado ninguna decisión fiscal y se comprometió a comunicársela a los partidos cuando la adopte. El Gobierno tiene que reducir el déficit público en 2017 desde el 4,6% que se prevé para el actual ejercicio hasta el 3,1% comprometido con la Comisión Europea, lo que implica unos recortes de 5.500 millones de euros.

"Estamos pidiendo que la clase media respire, que los que han hechos esfuerzos vean cómo el Gobierno y el Parlamento les devuelve estos esfuerzos, que a los que han levantado al país de la crisis se les ayude, y que a los que han caído se les tienda la mano. Somos el partido de la clase media trabajadora en este país", sostuvo Rivera en su intervención ante el consejo general de su partido reunido en Barcelona.

En opinión de Rivera, la vía para aumentar los ingresos del Estado pasa por la lucha contra el fraude fiscal y la supresión de los privilegios de algunas empresas en el pago del Impuesto de Sociedades.

Rechazo socialista

Desde el PP, su vicesecretario de comunicación, Pablo Casado, explicó la intención de los populares de negociar los Presupuestos con todos. No obstante, insistió en que la prioridad sigue siendo "un pacto con el PSOE", que los socialistas, de momento, rechazan, aunque admitió que hay otras posibilidades aritméticas.

"Hay que intentarlo con todos, sobre todo porque el Presupuesto no es una investidura. Hay cuestiones fundamentales como son la educación, las partidas para la prestación por desempleo o las pensiones, en las que tenemos que seguir estando todos de acuerdo", aseguró Casado quien reconoció que los Presupuestos son un "momento fundamental" para evaluar las posibilidades del actual Gobierno.

En este sentido ha recordado que el Partido Popular ha establecido "muy claramente las prioridades" que tienen que ver con la influencia de España en el mundo y el cumplimiento de los compromisos con la Unión Europea.