Mariano Rajoy rebajó ayer las pretensiones de la oposición de modificar las grandes leyes que han marcado su mandato con mayoría absoluta y considera que "sería un error liquidar las reformas hechas". En la segunda jornada del debate de investidura solo admitió pequeñas modificaciones, como dejó constancia al anunciar que las reválidas previstas en la LOMCE no tendrán valor académico. El PSOE advierte al candidato popular, que deberá esperar al sábado para ser investido presidente al no conseguir ayer el apoyo de la mayoría del Congreso, que "si quiere diálogo tiene que rectificar. De lo contrario será imposible la legislatura".

El núcleo común de las réplicas de Rajoy a los portavoces de los grupos en los que buscará ampliar su respaldo parlamentario consistió en definir los límites de su acción de gobierno y en lo que pueden esperar de la legislatura a punto de desbloquearse. Pese a que la víspera había mostrado su "disposición a profundizar en los aspectos" que la oposición considerase oportunos a efectos de conseguir acuerdos, ayer enfrió esas expectativas. "Estoy obligado a hablar, pero tengo límites, que son no perjudicar a la recuperación y mantener la estabilidad presupuestaria", justificó para descartar que puedan abordarse nuevos desembolsos presupuestarios, como el sustento vital mínimo que defendió el portavoz socialista Antonio Hernando. El representante del PSOE enumeró las contrarreformas y derogaciones que tienen como objetivos en esta legislatura, y que van desde la normativa laboral hasta la Ley Orgánica para la Mejora de la calidad Educativa (LOMCE). Los socialistas defienden también una reforma constitucional que redefina, entre otros aspectos, el cometido del Senado.

Para Rajoy, un posible pacto educativo con los socialistas "no debe consistir en derogar la LOMCE" sino en modificar algunos de sus aspectos como "suspender las evaluaciones académicas, que no serán necesarias para adquirir el título pero sí se mantendrán en el acceso a la Universidad". Esa fue la única concreción de su disposición a acceder a las pretensiones de la oposición, coincidente en su rechazo a algunas de las leyes que son la herencia de la mayoría absoluta del PP.

En su respuesta al portavoz de Ciudadanos, Albert Rivera, Rajoy insistió en el "error" que sería revertir las reformas legales a las que los populares atribuye los grandes logros de su mandato. Su enumeración forma parte del "discurso triunfalista" que el PSOE pide a Rajoy que abandone. "Si quiere diálogo tiene que rectificar, sino será imposible la legislatura", le dijo el socialista Hernando.

El aspirante a la presidencia del Gobierno manifestó su intención de buscar el acuerdo aunque "soy consciente de lo que puede ocurrir", apuntó en alusión a que el bloqueo político se mantenga por otras vías a partir de ahora. Para evitarlo exigió a los socialistas que mantengan en el futuro "la misma responsabilidad con la que se van a abstener el sábado". El líder de Ciudadanos le advirtió, sin embargo, que "es Rajoy quien tiene que adaptarse al Parlamento y no al revés" y lo responsabilizó de la duración de la legislatura.

Como era previsible, el líder del PP se quedó ayer en aspirante a presidente al cosechar 180 votos en contra y 170 respaldos. Mañana sábado completará su largo camino hacia la jefatura del Gobierno, cuando la abstención de los socialistas le proporcione el apoyo de la mayoría simple de la Cámara.