Una carta del portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, a todos los miembros del grupo parlamentario socialista en la que les exige que respeten la disciplina de voto y se abstengan en la segunda votación de investidura ha causado malestar en la docena larga de diputados críticos e incluso en algunos que ya habían manifestado su intención de acatar la disciplina.

El diputado que expresó su descontento de la manera más clara fue el exsecretario de Organización César Luena, quien tras recibir la misiva se preguntó ante los periodistas cuál era el sentido de la reunión que ayer por la tarde, antes de la sesión de investidura, mantuvo el grupo parlamentario. "Es una desconvocatoria. Si ya está todo claro, no sé para qué venimos", se quejó Luena.

En la carta, Hernando asegura que la resolución del pasado domingo del comité federal es "un mandato expreso al grupo parlamentario" sobre el sentido del voto en la sesión de investidura, tanto en la primera como en la segunda votación. Por ello, Hernando considera que "no corresponde al pleno del grupo la competencia para decidir sobre el sentido del voto en esta sesión", lo que, en la práctica vaciaba de contenido, como denunciaba Luena, la reunión de ayer a primera hora de la tarde.

Hasta el momento son catorce los diputados que han asegurado que romperán el sábado la disciplina de voto: los siete diputados del PSC -que el martes por la noche aprobaron esa posición en su Consell Nacional-, las independientes Margarita Robles y Zaida Cantera, la gallega Rocío de Frutos, el vasco Odón Elorza y la aragonesa Susana Sumelzo. A ellos se suman otros varios, hasta rondar la veintena, que no han precisado su acatamiento y de los que se sospecha que podrían romper la disciplina.

En la reunión de ayer del grupo parlamentario, los diputados críticos hicieron un nuevo intento de evitar la abstención en bloque. La iniciativa, formulada por el diputado valenciano José Luis Ábalos, propone que algunos críticos se abstengan en lugar de oponerse, a cambio de que la abstención se limite a ser "técnica", es decir, a dar a Rajoy las once abstenciones que precisa para ser investido y ni una más. Los promotores de la iniciativa consideran que esta actitud reduciría la fractura en el interior del PSOE.

Los diputados socialistas catalanes expusieron, por su parte, ante el grupo el acuerdo alcanzado la víspera, pero defendieron "seguir juntos" con el PSOE. "Estamos convencidos de que con el diálogo, solventaremos los problemas", afirmó el parlamentario catalán José Zaragoza.