Vicente Álvarez Areces articula sin problemas la palabra hasta hace poco proscrita en el PSOE. El expresidente astur, nuevo portavoz socialista en el Senado, retrocede hasta la Transición para hacer pedagogía de la abstención.

-¿Qué talante trae al cargo?

-Es una gran responsabilidad. Intentaré arrimar el hombro en una situación muy difícil para el PSOE con la seguridad de que se puede resolver si todos actuamos con racionalidad y coherencia. Nadie ignora que nos encontramos en una encrucijada y tras más de diez meses paralizados debemos hacer frente a la necesidad de dilucidar si vamos a unas terceras elecciones. La decisión corresponde al Comité Federal, y como el PSOE no es una opción de gobierno, es evidente que nos queda una alternativa para permitir la gobernabilidad y es la abstención. Eso no quiere decir que apoyemos a Rajoy. La abstención nunca fue un apoyo a nadie y en este caso menos. Si hay algo unánime en el PSOE es la oposición a las políticas del PP.

-Hay mucho que "coser". ¿Va a costar que acepten su tesis todos sus compañeros?

-En el partido hay opiniones diferentes, pero para eso están las organizaciones que discuten con libertad. Aquí no sobra nadie ni puede haber vencedores ni vencidos, el PSOE ha de ser un partido donde las opiniones se manifiesten con libertad y la síntesis de todas ellas ha de alcanzarse en el Comité Federal.

-En el Senado se le oye hace tiempo a favor de la abstención sin eufemismos.

-Siempre la he defendido. Entiendo que en política uno tiene que actuar en coherencia con su electorado, y cuando no se tiene mayoría hay que tratar de sacar desde la oposición el máximo rendimiento para que la gente vea resueltos sus problemas. En un parlamento fragmentado hay muchas posibilidades de llegar a entendimientos y de sacar adelante propuestas para los ciudadanos.

-Van a necesitar mucha pedagogía. ¿Preparado?

-Todo es respetable y todas las opiniones tienen una parte del argumentario que es cierto. He vivido muchas situaciones a lo largo de mi vida política, entre ellas la Transición muy en primera línea, y sé que allí hubo que encontrar fórmulas de convivencia y negociar mucho aunque tuviéramos opiniones muy críticas de nuestros adversarios. Pero son los ciudadanos los que determinan el peso de cada cual respecto a las reglas de juego de la democracia. El 'no' a las políticas de Rajoy y al PP es compatible con una abstención que permita la gobernabilidad del país. Si no queremos terceras elecciones, y dado que por el veto cruzado entre otras fuerzas no podemos configurar una opción de gobierno, no queda otra alternativa. Esa es mi opinión particular, siempre con respeto a las decisiones del Comité Federal.