Mariano Rajoy aceptó ayer el encargo del Rey para intentar conseguir apoyos para someterse a la investidura y formar Gobierno. Eso sí, no garantizó que vaya a ir a esa investidura si no tiene el respaldo necesario. El presidente en funciones le dijo a Felipe VI que no cuenta con los apoyos, pero que los buscará. Para ello pretende negociar de "manera preferente" con los partidos constitucionalistas. Don Juan Carlos de Borbón manifestó que el Monarca está preocupado con la investidura.

"Acepto el encargo. Buscaré esos acuerdos", prosiguió el presidente en funciones, quien afirmó que ha estado haciéndolo todo este tiempo y que ahora seguirá en esa tarea, pero ya con el encargo de Felipe VI. Hoy mismo abrirá una ronda de contactos y retomará las negociaciones. Y "en un plazo razonable de tiempo" informará al Monarca de si está o no en condiciones de formar Gobierno. Al plantearle si se someterá a la sesión de investidura si no cuenta con los apoyos suficientes, Rajoy se limitó a señalar que "no conviene adelantar acontecimientos" ni "anticipar el futuro".

"Vamos a seguir trabajando, vamos a intentar formar un Gobierno, vamos a hacerlo con el encargo del Rey y vamos a ver si todos somos capaces de actuar con una cierta altura de miras", añadió. En una breve conversación informal con los periodistas al término de su comparecencia, el presidente en funciones dijo que si no tiene los apoyos suficientes pueden pasar dos cosas, en alusión a que podría presentarse o no a la investidura.

Contactos públicos

Fuentes del Gobierno salieron al paso de las reacciones de algunos partidos, como el PSOE, negando, en contra de lo que se asegura desde esas formaciones, que sería inconstitucional que no se sometiera a una sesión de investidura tras haber aceptado el encargo del Rey.

Mariano Rajoy, que señaló que sus contactos serán públicos o privados en función de lo que deseen sus interlocutores, confió encontrar en ellos la misma voluntad de entendimiento, porque cree que hay más cosas que unen que las que separan. A todos ellos les dirá que España necesita un Gobierno ya y que lo debe encabezar el PP para respetar la voluntad de los ciudadanos, al tiempo que les invitará a un entendimiento programático.

No aclaró Rajoy el plazo que necesitará para sus contactos, solo señaló que no debe ser de mucho tiempo porque se trata de tener o no voluntad política. Lo que sí subrayó es que debe haber Gobierno con tiempo suficiente para aprobar los compromisos con los socios europeos, como los objetivos de estabilidad presupuestaria, el techo de gasto y los Presupuestos del próximo año, cuyo proyecto de ley debe presentarse en el Congreso antes del 30 de septiembre.

Además, recordó que antes del 15 de octubre hay que remitir a la Comisión Europea un documento para explicar qué va a hacer España para cumplir la nueva senda de déficit público.

Respecto a la negativa de Albert Rivera a apoyar un Gobierno del PP presidido por él, Rajoy aseguró que eso nunca se lo ha dicho directamente y que su partido no puede aceptar ese tipo de planteamientos. El presidente en funciones afirmó que su intención es negociar un eventual programa de gobierno y, por ello, se dirigirá preferentemente a los partidos constitucionalistas, con los que parece más razonable encontrar acuerdos, aunque está dispuesto a hablar con todos.

En caso de no lograr ese objetivo, está dispuesto a explorar la posibilidad de un Gobierno en minoría con el único apoyo de los parlamentarios del PP. No obstante, avisó de que esta fórmula solo es posible si el resto de grupos garantiza una mínima lealtad para no bloquear cuestiones trascendentes.

Rajoy defendió como base de negociación el documento enviado a los diversos partidos, dijo que está abierto a la discusión y no se trata de un "contrato de ¬adhesión", sino de "un guión para la negociación". Aunque no le gusta que se modifiquen leyes aprobadas por su Gobierno y que han dado resultados, asumió que cuenta con 137 diputados y tendrán que ceder. Rajoy dijo que no se irá de vacaciones en agosto y espera que sus posibles interlocutores estén a la altura. "Ya no es tiempo de rivalizar, es el momento de construir", remachó.