El presidente catalán, Carles Puigdemont, no se cierra en banda a la vía unilateral que defiende la CUP, y a la que ERC tampoco hace ascos; sin embargo, de momento la descarta porque cree que las elecciones generales del próximo día 26 pueden deparar una "sorpresa" a las fuerzas independentistas.

Culminando una semana aciaga para el bloque secesionista, con la devolución de los Presupuestos por el Parlament y el pacto de estabilidad suscrito en enero con la CUP prácticamente roto, Puigdemont, que en septiembre deberá someterse a una moción de confianza, ha encontrado en la campaña electoral una especie de bálsamo.

Ese reposo, que se justifica por el parón en el proceso soberanista, mantiene al presidente catalán a la espera de lo que ocurra en los comicios que se celebran dentro de quince días. "Quizá las elecciones españolas nos sorprenderán y saldrá un gobierno que aceptará la invitación y decidirá sentarse definitivamente a la mesa de negociación", confesó ayer al diario catalán "Ara".

Por eso, y aunque por principio no descarta un referéndum unilateral de independencia, no ve aconsejable plantearse esa alternativa en este momento. "No hay que desviarse" ahora del calendario fijado para la secesión, razona, porque cree que del 26-J puede surgir una oportunidad de desbloquear la situación.

Así que a quienes, como la CUP y ERC, su socio en Junts pel Sí (JxS), vuelven a hablar de un referéndum unilateral de independencia, Puigdemont les responde: "Yo solo pido que en estos días de campaña electoral, si nos creemos la fortaleza del proceso, que es integrador y no es una carrera de 'sprinters', ahorremos las discusiones".

"Miremos, pensemos bien y reflexionemos bien antes de decir las cosas. Hay muchas opciones, muchísimas, y no debemos descartar ninguna de las opciones posibles", expone, para añadir a renglón seguido que la "prioridad" es cumplir la hoja de ruta y "mantener la invitación al Estado para negociar". "Y no abriremos ninguna otra puerta mientras esta no se cierre", afirma.

De su parte, el presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sánchez, reconoció que la hoja de ruta soberanista, si bien no está muerta, ha quedado "erosionada" y alterada por el fiasco de los Presupuestos y el desmarque de la CUP, y así, consideró, el "procés" ya no puede depender exclusivamente del juego parlamentario.

Sánchez cree que la sociedad civil debe volver a ser protagonista, y en cuanto a la vía unilateral, se sumó a las tesis de Puigdemont, y en contra de las de la CUP y ERC, al decir que "un referéndum acostumbra a ser vinculante y una consulta, como la del 9-N, no lo fue".