Una antigua empleada del Instituto Nóos, Maite Zazo, que se encargaba de la logística en la organización de los foros turísticos, ha confirmado esta mañana en el juicio que se contrató para una cena de gala para los invitados del congreso de Balears, un piano de cola, cuyo gasto alcanzó la cifra de casi mil euros. El instrumento musical se utilizó en el concierto privado que dio la cantante Paloma Bergara, que cobró por una única actuación la cifra de 4.000 euros.

La empleada dijo que fue ella quien se encargó de organizar estos actos, en base a un presupuesto que le indicaba Diego Torres, pero señaló que no sabía que estos gastos se pagaban con fondos públicos. La empleada, que estuvo trabajando en varias empresas del grupo, confirmó que las distintas sociedades iban facturan dos entre ellas, si bien lo consideró lógico por cuanto daban servicios distintos.

Cenas de gala por más de 15.000 euros

Zazo ha relatado que le autorizaron realizar elevados gastos como una cena de gala por más de 15.000 euros, y cócteles y tapas de unos 2.000, y que nunca supo que se financiaban con fondos públicos.

En su declaración como testigo ante el tribunal que juzga el caso Nóos, el letrado de la Abogacía de la comunidad autónoma de Baleares, Ramón Rosselló, ha preguntado a María Teresa Zazo por gastos de los Illes Balears Forum de 2005 y 2005 -por los que el Govern pagó 2,2 millones al Instituto Nóos-, como cuatro cócteles que costaron más de 2.000 euros cada uno y una cena por 15.579 euros.

Zazo ha admitido que ella misma elegía los lugares donde se celebraban los cócteles y cenas, en sitios como una mansión o un club de golf, y ha dicho que nunca supo que se financiaban con fondos de la administración pública. "A mí me daban un presupuesto. Nunca vi los convenios", ha afirmado.

"Yo hacia una previsión de presupuesto, los decidía no sé quién, y a mí me llegaba luego el presupuesto que tenía para los gastos", ha precisado.

La trabajadora de Nóos ha señalado que esas cenas y cócteles que se celebraban todos los días mientras duraban los foros no eran abiertas al público y solo asistían los ponentes, a quienes también se organizó un recorrido turístico por Mallorca.

Zazo ha confirmado otros gastos realizados, como un recital de una cantante por 4.060 euros, el alquiler de un piano de cola por otros 986, la rotulación de un cartel por 1.891, hasta 6.120 euros por dos esculturas que se entregaron en 2005 y otros 1.400 euros por los trofeos de 2006.

También se gastaron 500 euros en césped artificial, 1.061 en un espectáculo de danza, 6.271 euros en azafatas, y la factura del hotel donde todos se alojaron durante uno de los foros ascendió a 79.825 euros, de la que se descontaron 53.500 como patrocinio de la cadena hotelera.

Zazo ha admitido que empezó a trabajar en el Illes Balears Forum de 2005 "meses antes" de su realización, antes del verano, aunque el convenio con el Govern no se firmó hasta julio.

También en 2006 hubo un gasto de 7.078 euros en billetes de avión entre Barcelona y Palma realizados en marzo, según la trabajadora, para visitar los lugares donde se celebrarían los actos, aunque el convenio se firmó en verano.

No ha sabido explicar el objeto de otro gasto en vuelos por 5.767 euros en febrero de 2007, cuando el foro ocurrió a finales de 2007. "Todas las facturas no las revisaba yo", ha señalado.

Sobre el motivo por el que cambió la sede de las cumbres Valencia Summit, que en 2004 y 2006 se celebraron en el Palacio de Congresos y en 2005 en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la trabajadora ha respondido que "fueron cuestiones de las instituciones de Valencia, porque unas las hacía la Generalitat".

"Un año se hizo por tema del Ayuntamiento y otro por tema de la Generalitat", ha afirmado.

Ante la pregunta de la razón por la que el Instituto Nóos (entidad sin ánimo de lucro) organizaba foros, la trabajadora ha respondido: "Éramos una empresa".

Zazo ha relatado que estuvo contratada para la empresa Virtual Strategies desde 2001 a 2006, luego pasó al Instituto Nóos, posteriormente a Nóos Consultoría y por último a la Fundación Deporte, Turismo e Integración Social (Fdcis) porque así se lo indicó Diego Torres, si bien sus funciones fueron siempre las mismas: colaborar en consultoría, logística y secretaría.

"En un momento dado, Torres me decía: 'Te cambiamos de empresa'. Y a mí me daba igual", ha dicho Zazo, quien ha puntualizado que su trabajo a pesar del cambio de sociedad "era todo como seguido".

"Para mí era lo mismo, pero dependiendo del trabajo que hubiese en ese momento tenía una función u otra", ha detallado.

Torres nunca le explicó por qué le cambiaban de empresa, según ha declarado. "El nombre que estuviese en mi contrato no tenía que ver nada con mi trabajo", ha señalado.

Ha explicado también que utilizaba su correo electrónico de una u otra empresa del grupo Nóos en función de a qué empresa correspondiera la gestión que estaba realizando y "aunque tuviese contrato con otra".

Zazo ha admitido que las distintas empresas del grupo se facturaban entre ellas porque se contrataban servicios también entre ellas mismas.