El PSOE avaló ayer por unanimidad aplazar el trigésimo noveno congreso federal que elegirá a la nueva dirección del partido y dejó abierta la fecha en la que se celebrará el cónclave hasta que haya un Gobierno constituido. El comité federal -máximo órgano de poder entre congresos- celebrado este sábado ratifica así la propuesta de Ferraz de mover la fecha del congreso, inicialmente convocado para los días 21 y 22 de mayo.

Su celebración era el único asunto incluido en el orden del día del comité, aunque los discursos y debates en Ferraz se centraron en los pactos para constituir el nuevo gobierno.

Pero los socialistas se limitaron a aplazar el cónclave, dejando la fecha abierta y fijando el criterio de que no se convocará hasta que haya gobierno, para así priorizar la formación de un Ejecutivo frente a los asuntos internos del Partido Socialista.

"Lo dije desde el principio", afirmó Sánchez en una intervención a puerta cerrada ante los miembros del comité federal, en referencia a que tras las elecciones del 20-D la dirección socialista ya advirtió que el cónclave debía esperar hasta resolver la gobernabilidad de España.

En su intervención, Pedro Sánchez también manifestó que el congreso "será, sobre todo, un debate de ideas".

Todavía se desconoce si Sánchez, que ya ha expresado su intención de volver a presentarse, competirá con alguien por ese puesto, aunque se apunta a la posibilidad de que la presidenta andaluza se apunte a la liza.

Por otro lado, el secretario general socialista pidió a Podemos y a C's "unidad" y dejar a un lado los "vetos y líneas rojas" para poder formar un gobierno que sea "plural y no partidista" y que consiga esquivar unas nuevas elecciones generales.

El líder del PSOE recordó que su partido, Podemos y Ciudadanos suman más de 15 millones de votos y 199 escaños y comparten el objetivo de reformar España.

Al "no haber margen para el error", se mostró dispuesto a "ceder" y reclamó lo mismo a los partidos de Albert Rivera y Pablo Iglesias.