La cúpula de Podemos respaldó ayer la decisión del secretario general, Pablo Iglesias, de destituir al "número tres" del partido, Sergio Pascual, por su "deficiente gestión" de las crisis territoriales en que está inmersa la formación. Principalmente, de la de Madrid, que la semana pasada se saldó con diez dimisiones. Un cierre de filas en el que destacó la confesión de la secretaria de Análisis Político, Carolina Bescansa, quien confirmó que entre Iglesias y su "número dos", Íñigo Errejón, hay "divergencias tácticas", que no estratégicas ni ideológicas.

Bescansa no aclaró a qué tácticas se refería, pero la secretaria general de Andalucía, Teresa Rodríguez, vino a esclarecer lo dicho por su compañera al negar que la fulminante destitución de Pascual, hombre próximo a Errejón, tenga algo que ver con el hecho de que sea partidario de pactar con el PSOE y de posibilitar la investidura de su candidato, Pedro Sánchez.

La única voz crítica que ayer se alzó fue la de Emilio Delgado, que también llevaba el área de Organización, pero en la organización madrileña, antes de la cascada de dimisiones que él inició hace una semana. Delgado, considerado del sector "errejonista", reprochó a Iglesias que haya hecho pagar a Pascual por la "irresponsabilidad de otros".

Delgado probablemente aludía al secretario general de Podemos Madrid, Luis Alegre, hombre de la máxima confianza de Iglesias y a quien los dimisionarios de la organización madrileña achacan una "paralizante" gestión. Pero la suya fue la única declaración que desentonó en un día en el que la plana mayor de Podemos no solo refrendó la decisión de Iglesias -con la que, por cierto, este refuerza su poder en la cúpula al asumir el área de Organización-, sino que incluso fue más crítica que el secretario general con Sergio Pascual.

Los dirigentes más cercanos a Iglesias aseguraron que la salida de Pascual de la dirección nacional evita que la crítica interna siga extendiéndose.

Así, la portavoz adjunta en el Congreso, Irene Montero, señaló a Pascual como "máximo responsable" de los "problemas organizativos" de la formación, que gestionó de forma "deficiente" e "inadecuada".

Como un entrenador

El responsable de Relaciones con la Sociedad Civil, Rafael Mayoral, consideró que los errores de Pascual son "evidentes" y requerían una "reorientación" de la política organizativa y territorial del partido. Mayoral remató su defensa del golpe de mano de Iglesias comparándole con un "entrenador" que decide qué papel debe asumir cada jugador.

También salió en defensa del secretario general el cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero, quien dimitió de su cargo en la dirección en abril del año pasado, tras reclamar que el partido volviera a sus orígenes asamblearios. Ayer, sin embargo, criticó sin ambages a Pascual y le acusó de haberse aferrado el cargo.