El "número dos" de Podemos, Íñigo Errejón, se esforzó ayer en quitar hierro a las crisis que atraviesa el partido en comunidades autónomas como Galicia, Cataluña y Madrid. Todo lo más, Errejón reconoció "diferencias" que su partido presume de debatir públicamente, pero sin enfrentamientos orgánicos ni escisiones. "Tenemos dos años de existencia y nos han diagnosticado unas siete veces la ruptura", ironizó.

Errejón, sin embargo, eludió comentar la nueva crisis interna que ha desencadenado en Madrid la dimisión del hasta el lunes secretario de Organización, Emilio Delgado, que denunció la falta de liderazgo y la inacción del secretario general, Luis Alegre, cofundador de Podemos, miembro de la ejecutiva nacional y estrecho colaborador de Iglesias. La dirección de Podemos no reclamará a Delgado su acta de diputado en la Asamblea de Madrid.

Entre tanto, según El País, el sector crítico de Podemos en Cataluña quiere forzar un congreso regional para renovar la dirección autonómica, en un movimiento se que se ve como el preámbulo de una escisión, dadas las simpatías de los críticos hacia el proyecto de partido que propugna Ada Colau.