El líder de Podemos, Pablo Iglesias, echó ayer una dura reprimenda al candidato Pedro Sánchez y al PSOE, a los que abroncó con una dureza pocas veces vista en la Cámara baja. Y aunque terminó pidiendo a los socialistas que rectifiquen y negocien con ellos la semana que viene, lo hizo en términos indicativos de la desconfianza que le inspiran: "Ustedes solos no son de fiar".

Iglesias se estrenaba y eso quedó claro desde el principio, con descalificaciones del pacto del PSOE con C's y acusaciones del estilo de haber "capitulado" ante "las oligarquías".

Pero el secretario general de Podemos disparó a más blancos: también fueron víctimas de sus dardos verbales Mariano Rajoy, por los sumarios por corrupción que enlodan a su partido, y el presidente de C's, Albert Rivera, al que acusó de estar sometido a los "poderes fácticos".

La arremetida contra el PP la justificó porque se trata del "partido que ha hecho de la corrupción y la injusticia una forma de Gobierno", no sin antes recordar que en la fundación de esta formación política están "siete ministros de la dictadura".

"Algunos de ustedes son hijos políticos del totalitarismo", volvió a cargar contra el PP. Y dijo que algunos miembros del Gobierno han sido "arrogantes con los débiles y serviles con los poderosos". Eso sí, a los diputados populares les reconoció que son "los convidados de piedra en esta investidura".

A Rivera, al que reconoció su habilidad como político -y sobre el que descargó acusaciones tales como que podría haber pertenecido tanto a las juventudes de Falange como del PCUS-, le recomendó que lea "El Príncipe" de Maquiavelo. Aunque, a renglón seguido, auguró que quizá termine pareciéndose más a César Borgia. Hizo, sin embargo, esta salvedad, "No basta con ser astuto, hay que ser valiente".

Además, Iglesias tuvo palabras de homenaje para el movimiento del 15-M, cuya esencia dijo que recogió Podemos. Y en el tramo final de su discurso quiso recordar al "subcomandante Marcos" y su famoso "mandar obedeciendo".

En sus réplicas al líder de Podemos, el candidato acusó al partido del círculo morado y a sus confluencias territoriales de "romper España de la peor manera" con el derecho de autodeterminación que defienden. Y, en respuesta a Iglesias, que antes había dicho que sí es posible una mayoría de izquierdas -contando con el apoyo de ERC- aseveró: "No voy a permitir que la gobernabilidad de España descanse en partidos independentistas".