El líder del PSOE, Pedro Sánchez, afronta hoy su debate de investidura como presidente del Gobierno con el único respaldo de Ciudadanos y tras el rechazo de la izquierda a su oferta de última hora, en un intento de sumar los apoyos cuya falta lo condenan al fracaso.

En pocas horas, Pedro Sánchez pasará de obtener la amplia aceptación del comité federal de su partido, que ayer le dio un respaldo del que carecía hace apenas dos meses, a cosechar un rechazo mayoritario del Congreso a su aspiración de convertirse en el nuevo presidente del Gobierno. Ambas decisiones tienen el mismo epicentro: el acuerdo suscrito por PSOE y Ciudadanos como compromiso político para una legislatura que no acaba de arrancar.

Con la corbata roja de las grandes ocasiones y con 44 años cumplidos ayer mismo, Sánchez subirá hoy a la tribuna del Congreso a las cuatro y media de la tarde y no tendrá límite de tiempo para exponer su programa. Será el primer aspirante a inquilino de La Moncloa de un partido que no ganó las elecciones generales. Si se cumple las previsiones, el líder socialista se convertirá en el primer candidato que no supera la investidura por falta de votos.

En un intento de remediar ese fracaso anticipado, el líder socialista remitió ayer cinco propuestas a Podemos, a En Comú, En Marea, a IU y a Compromís, que no son otra cosa que versiones adaptadas del acuerdo con Ciudadanos en la que se pone de relieve lo que podrían ser prioridades de esos grupos. Podemos mostró su rechazo frontal a lo que calificó un "corta y pega" del pacto de los socialistas con C's. Para el PP es un "ejercicio de contorsionismo" político ese intento de Sánchez de sumar a Podemos al pacto con C's.

La presidencia de IU acordó ayer por unanimidad que sus dos diputados voten en contra de Sánchez la primera vez, pero dejan la puerta abierta a cambiar de postura en la segunda votación.

Así las cosas, Sánchez se encarará con el hemiciclo 28 días después de recibir el encargo del Rey con el único apoyo de los 89 diputados socialistas, los 40 de Ciudadanos, el del diputado de Nueva Canarias y el de la diputada de Coalición Canaria, hacen un total de 131 votos a favor.

Pese al difícil panorama al que se enfrenta, Sánchez apelará esta tarde al diálogo entre fuerzas políticas y a la responsabilidad para evitar nuevas elecciones, cuya sombra se agranda a medida que desde hoy comienza a correr el plazo de dos meses a cuyo término habrá que repetir los comicios si antes no está investido un nuevo presidente.

La disyuntiva entre "gobierno del cambio" o "elecciones" será uno de los ejes centrales de su discurso, que lleva preparando desde el pasado miércoles con sus colaboradores más cercanos. la intervención tendrá, según algunos de los que la conocen, un tono "fresco, dinámico y propositivo" y le servirá para desgranar "su programa de gobierno progresista". Tras realizar una radiografía de la situación política, institucional, económica y social del país, Sánchez hará un llamamiento a la responsabilidad de los partidos para desbloquear la actual situación. Insistirá en que sus propuestas persiguen la regeneración democrática, la reconstrucción del Estado del Bienestar, reactivación y la modernización económica, además de resolver el desafío territorial, la reforma de la Constitución y la proyección europea de España.

Al final de la intervención del aspirante a presidente concluirá la primera jornada del debate de investidura. La de mañana miércoles estará dedicada a las intervenciones de los portavoces de los grupos parlamentarios, las réplicas de Pedro Sánchez y, finalmente la votación.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, repartirá la media hora de intervención que le corresponde a su grupo con las confluencias de En Comú Podem y En Marea, aunque él llevará el peso principal del discurso y será el único que se encargue de las contestaciones a Pedro Sánchez.

Por el PP, Mariano Rajoy ya ha anticipado su intención de ser duro con quien aspira reemplazarlo al frente del Ejecutivo.

A la espera de cómo sea el tono del debate parlamentario, el clima político se caldeó ayer entre PP y Ciudadanos. La carta de Rajoy a Albert Rivera en la manifestaba su rechazo a sumarse al pacto alcanzado con el PSOE marcó ya un cambio en las relaciones entre ambos partidos. El líder de Ciudadanos fue ayer más allá al identificar a Rajoy como el gran obstáculo para llegar a acuerdos con el PP. En la misma línea, pero más contundente, el portavoz parlamentario de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, arremetió contra el presidente en funciones reprochándole que lleva "demasiado tiempo" aplazando el trabajo de "limpiar sus cuadras de una vez" del "estiércol" que la corrupción ha dejado en el PP.

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