El PSOE y Ciudadanos firmaron ayer el primer pacto político desde que se celebraron las elecciones generales del 20-D, hace 66 días. Y -acción y reacción- bastó la firma del acuerdo "para un gobierno reformista y de progreso" -como se denomina el documento que Pedro Sánchez y Albert Rivera rubricaron ante los retratos de los "padres" de la Constitución- para que Podemos se levantara de la mesa de diálogo en la que esta semana se había sentado por fin con los socialistas gracias a la mediación de IU-Unidad Popular.

El acuerdo es "incompatible" con Podemos, proclamó un "decepcionado" Íñigo Errejón. Y el diputado de IU Alberto Garzón exigió a los socialistas que "rectifiquen" y "giren a la izquierda".

Sánchez y Rivera pactan un acuerdo de legislatura con un programa de gobierno completo: reforma constitucional, modificación a fondo del mercado laboral y del sistema fiscal y defensa cerrada de la unidad de España. Pero nada de ello podrá hacerse realidad con los solos votos que PSOE y C's atesoran: 130 escaños. Y eso después de que la ejecutiva del partido naranja accediera a votar a favor de Sánchez, y no simplemente a abstenerse, como hasta ayer había defendido.

Los socialistas y Ciudadanos necesitan el respaldo, activo o pasivo, de otros partidos. Y ahí salió el líder del PP, Mariano Rajoy, a descalificar el acuerdo, que "ni es de investidura ni es de gobierno ni de nada", dijo, y a volver a negarles a ambos la abstención de sus 123 escaños el 5 de marzo.

Además de votar a favor de Sánchez, Rivera no descartó tampoco entrar en el gobierno que el líder socialista presidiría de salir investido en esa fecha. Y a Rajoy le reclamó un "esfuerzo de valentía y generosidad" para apoyar ese ejecutivo.

De generosidad y de "abandonar el verbo vetar" también habló Sánchez, que, consciente de que no tiene la aritmética a su favor, reconoció que su acuerdo con Ciudadanos es solo "un primer paso", todavía insuficiente para que su investidura salga adelante la semana que viene.

El líder del PSOE acusó tanto al PP como a Podemos de no haber "entendido nada" cuando descalifican el pacto con C's porque "no suma". Pero a Pablo Iglesias además, lo desafió a sostener que lo acordado con Rivera no es "de izquierdas".

"Ni progresista ni reformista"

Nada de todo ello sirvió para convencer a Podemos, que anunció la suspensión de las negociaciones "a cuatro" con el PSOE, Compromís e IU. Su "número dos", Íñigo Errejón, dijo del acuerdo que ni es "progresista ni reformista" y que además "va a hacer las delicias del Ibex 35".

Así que Errejón advirtió que, salvo que el PP se abstenga la próxima semana, la de Sánchez será una "investidura fallida". Eso sí, dejó la puerta abierta a volver a negociar con el PSOE, pero ya después del 5 de marzo porque antes lo ve difícil.

Los reproches del "número dos" de Podemos desencadenaron una dura crítica del portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, que acusó a los de Iglesias de "mentir" para levantarse de la mesa de negociación con la excusa del acuerdo con C's. "Hoy, la gran esperanza de Mariano Rajoy se llama Pablo Iglesias", denunció Hernando, quien opina que, con su actitud, Podemos demuestra que "vive mejor con Rajoy y con el PP".

Nuevo emplazamiento

Con todo, y pese al plante de Podemos, el PSOE emplazó al partido de Iglesias a reunirse y mantuvo el encuentro de hoy con el resto de las fuerzas del frustrado espacio "a cuatro". IU, sin embargo, reconoció que ese bloque no tiene sentido sin Podemos.