La posibilidad de entendimiento entre el PSOE y Podemos se alejó ayer un poco más, después de que los socialistas detectaran "involución democrática" en algunas de las propuestas hechas por el partido de Pablo Iglesias para armar un gobierno "de cambio", mientras el partido morado acusaba a Pedro Sánchez de actuar con "prepotencia" y "arrogancia" por haber descalificado la víspera a su líder y criticar su actitud poco negociadora.

La primera valoración socialista del documento de propuestas de Podemos, hecho público el lunes, no permite atisbar un viraje del PSOE hacia la izquierda, para negociar con la formación de Iglesias, apartándose de Ciudadanos, sino todo lo contrario.

El portavoz del PSOE en el Senado, Óscar López, ve un "retroceso sin precedentes" -que los socialistas, anunció, no aceptarán- en las medidas que Podemos plantea para controlar la labor de jueces y fiscales, la lucha contra la corrupción, el CNI o la televisión pública.

Podemos plantea, por ejemplo, que en la designación de cargos como el Fiscal General, los magistrados del Tribunal Constitucional y los vocales del Consejo General del Poder Judicial se tenga en cuenta, además del currículum del aspirante, su grado de "compromiso con el proyecto de cambio que deberán liderar".

Sin embargo, tras las airadas críticas de las asociaciones judiciales, y para evitar que se le acuse de atacar su independencia, Podemos retocó el programa de gobierno para señalar que los aspirantes deberán ser "personas capaces, con diferentes sensibilidades políticas, pero comprometidas con el programa del Gobierno del Cambio".

Pese a la matización, López denunció la "obsesión por controlar todo" de Iglesias y advirtió del "grave error" que supone abordar la regeneración democrática con medidas de este tenor.

"Es una involución democrática. Trabajar para que el Gobierno vuelva a controlar aspectos que deben ser independientes en una democracia avanzada y moderna como la nuestra es un retroceso", explicó el portavoz socialista.

Y le presionó recordándole que el próximo 2 de marzo, en la sesión de investidura de Sánchez, tendrá que elegir. Las opciones pasan por que Podemos se sitúe en el bloque "donde está PP, ERC, Democrácia i Llibertat y Bildu", que suman 142 escaños, o lo haga con quienes quieren hacer posible el cambio "de una u otra forma, unos con el sí y otros con la abstención".

Y ante las acusaciones de "prepotencia" y "arrogancia" lanzadas contra el PSOE horas antes por Iglesias, el senador ironizó: es "una broma de mal gusto que Iglesias hable de humildad y soberbia".

El líder de Podemos le había espetado a Sánchez: "La prepotencia y la arrogancia es una mala política cuando de lo que se trata es de ponernos de acuerdo". Y le recomendó "bajar el tono". "Yo creo que la gente que ha votado al PSOE y a Podemos no nos quiere ver tratándonos mal, sino dialogando y haciendo un gobierno" de izquierda.

La andanada de Iglesias tiene su origen en unas declaraciones de Sánchez la noche del martes, a su vez una reacción al rechazo de Podemos a sentarse ya a negociar si antes no se produce un encuentro "de cortesía" entre el líder socialista y el de Podemos. El secretario general socialista aceptó mantener ese encuentro y hacerse con Iglesias "todas las fotos que hagan falta", pero solo si es "para firmar un acuerdo".

En este contexto, el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, cree que Sánchez no va a tener "votos suficientes" para ser investido, por lo que ve el futuro "abierto" para su partido.