José Luis "Pepote" Ballester, ex director general de Deportes en el Gobierno balear del PP entre 2003 y 2007, se ganó ayer la medalla de oro al arrepentido en la segunda sesión del "caso Nóos". Si pudiera resumirse con una frase la declaración del laureado exregatista olímpico en los Juegos de Atlanta de 1996 sería la siguiente: "Las órdenes del president del Govern Jaume Matas de contratar a Iñaki Urdangarín nunca se discutían y cada consejería sabía muy bien lo que tenía que hacer para cumplirlas".

Ballester aguantó el tipo en las más de cinco horas de interrogatorio. Cierto que el correoso e incisivo fiscal anticorrupción Pedro Horrach estuvo muy suave con él, dada su condición de primer arrepentido en el "caso Palma Arena", del que el "caso Nóos" es la pieza separada más importante.

"Mi intención (al confesar) no es dañar a la gente (al resto de los acusados), lo que quería es que se conociera mi verdad", se sinceró el declarante. A preguntas de Horrach, Ballester empleó más de diez minutos en explicar por qué en 2009 decidió colaborar con la justicia. El exalto cargo recordó que el escándalo Palma Arena afectó a su padre, "médico y funcionario de la sanidad pública", y él quiso desmentir las acusaciones de su pertenencia a una trama "que había saqueado las arcas públicas".

Ahora lo ve claro. Ballester reconoció que en aquel Gobierno del PP el presidente Matas daba órdenes de contratar a empresas de Urdangarín o financiar, mediante convenios, foros sobre turismo y deporte organizados por el yerno del entonces Rey Juan Carlos al margen de la legalidad y de cualquier tipo de concurso.

"En ese momento me pareció lo más normal que el president Matas ordenase dar 1,2 millones a don Iñaki para organizar un foro sobre turismo y deporte. Después he visto que estaba mal y por eso colaboro con la justicia, para que eso se esclarezca", se sinceró.

Pepote se llevó ayer una chuleta al juicio, para no perderse en sus confesiones, que básicamente fueron las mismas que hizo en sus declaraciones ante el juez instructor del caso, José Castro.

"El señor Matas daba sus directrices a los consejeros y a mí, y nadie discutía sus órdenes, ni nadie dudó de que había que contratar al señor Urdangarín", repitió el primer acusado en declarar.

Mientras Ballester disparaba balas contra la corrupción, el también acusado Jaume Matas, sentado a su lado, tomaba notas como un poseído. "Se le va a acabar el cuaderno", comentaban los periodistas en la sala de prensa.

"Todos (en el Gobierno) sabían que era Iñaki Urdangarín quien había hecho la propuesta para patrocinar con dinero público al equipo ciclista Illes Balears y que se tenía que contratar con él la oficina del proyecto (el seguimiento del impacto publicitario del patrocinio)". Urdangarín se llevó por la oficina del proyecto 300.000 euros del Ejecutivo de Matas y otros 250.000 euros de Abarca Sports S. L., la sociedad titular del equipo ciclista. El exduque de Palma también se llevó otro pellizco del Ibatur por la elaboración de material publicitario del Illes Balears.

Del hágase al delito. El medallista de oro olímpico remarcó que, tras su detención policial por el "caso Palma Arena", pasó de acatar el "hágase" de Jaume Matas a ser consciente de que los contratos a dedo eran delictivos.

Ballester no quiso dar muchos detalles de su relación personal con Iñaki Urdangarín y la infanta Cristina, de los que, junto a su esposa, fue íntimo amigo durante muchos años.

"A Urdangarín lo conocí entre 1988 y 1989, después de la olimpiada de Seúl, en la residencia de deportistas Blume de Barcelona". Ambos eran deportistas de élite, Urdangarín de balonmano y el mallorquín de vela. La amistad fraguada en aquel centro de alto rendimiento creció a lo largo de los años y se extendió a las respectivas esposas.

"En el verano del 2003 éramos amigos y nos veíamos en Palma, en su casa (Marivent) o en la mía y en el club (náutico)". Fue en septiembre del 2003 cuando el duque de Palma le propuso que el Gobierno de Matas patrocinara el equipo ciclista Banesto que se quedaba sin su principal patrocinador.

Pepote Ballester recordó ayer la famosa reunión en el palacio de Marivent de septiembre del 2003 donde, tras un partido de pádel a parejas, el cuñado del Rey Felipe VI planteó a Matas su idea del patrocinio del Illes Balears que iba unida a que él se encargaría de la oficina del proyecto.

A preguntas de Virginia López Negrete, la abogada de la acusación popular de Manos Limpias, el ex director general de Deportes reconoció que tras su arrepentimiento se ha sentido utilizado por su antiguo amigo Urdangarín.

"¿Se ha sentido engañado en esa amistad por el señor Urdangarín?", preguntó a bocajarro la letrado. Dudó unos segundos y respondió que "la palabra adecuada es utilizado: con el paso del tiempo te das cuenta de que eres un pequeño instrumento" (para que el exduque de Palma consiguiera sus contratos con el Govern.

El ex alto cargo, al final de su declaración, fue también sincero al destacar las virtudes del velódromo público Palma Arena y del patrocinio por el Govern de la escuadra ciclista, que en cuatro años recibió casi 20 millones públicos.

"La población de Baleares sí estuvo satisfecha con el Palma Arena y con el equipo. Hubo gente de Porreres que hasta lloró en el velódromo cuando Llaneras ganó el campeonato y todavía se ven por las carreteras maillots del Illes Balears: el otro día vi uno en el extranjero", dijo el acusado.

El interrogatorio también se centró en los dos Illes Balears Forum, unos congresos sobre turismo y deporte que Urdangarin organizó en Palma en 2005 y 2006 y por los que cobró 2,3 millones públicos. Ballester aseguró que salió satisfecho del primer foro, pero que Nóos no cumplió con los encargos en 2006 y por eso él se resistía a liquidarle todo el dinero. "En abril de 2007, cerca de las elecciones, le dije al president Matas los problemas que había con esas facturas y él me dijo: paga porque mi preocupación es ganar las elecciones".

Pepote Ballester pagó a Iñaki Urdangarín y Jaume Matas perdió el poder en Baleares.