Pedro Sánchez intenta desde ayer despejar la incógnita de qué apoyos conseguirá para pasar de presidenciable a presidente del Gobierno. Lo primero fue fijar un método para los contactos y designar una comisión negociadora de seis personas.

El líder del PSOE inició ayer mismo, al día siguiente de recibir el encargo del Rey de que intente formar Gobierno, los primeros encuentros con los grupos parlamentarios minoritarios. "Esto empieza bien", dijo Sánchez ante la buena disposición que aseguró haber encontrado en sus interlocutores, entre ellos IU, quien advirtió a Podemos que si pone "zancadillas" al PSOE lo pagará.

Hoy hablará con Ciudadanos, cuya negativa a entrar en un Ejecutivo con los socialistas ha dejado de ser firme para aceptar la posibilidad, todavía lejana, de unir su destino político al del PSOE. Mañana Sánchez hablará con Iglesias y dejará fuera de esta primera ronda de contactos al PP y a los soberanistas. Su objetivo es completar hasta el sábado por la mañana "las reuniones con fuerzas parlamentarias que consideramos que pueden apoyarnos en la investidura y para formar gobierno de progreso y estable", expuso ayer a los miembros del Grupo Parlamentario Socialista.

La tarea posterior a estos primeros contactos directos quedará en manos del equipo negociador para la formación de gobierno, que se reunirá con los partidos a partir de la próxima semana. El grupo de trabajo está compuesto por Antonio Hernando, Jordi Sevilla, Meritxell Batet, Rodolfo Ares, José Enrique Serrano y María Luisa Carcedo.

El encargo del Rey a Sánchez ha desatado las prisas en el PP por constatar si fracasará ante lo que hoy es una imposibilidad numérica de sumar apoyos o saldrá adelante. El PP propuso ayer fijar el 16 de febrero como fecha para celebrar el debate de investidura, un plazo que acortaría a la mitad el mes de margen para negociar pedido por Sánchez. Podemos defendió en la Mesa del Congreso la propuesta del PP, pero fue Patxi López quien, en virtud de sus atribuciones como presidente del Congreso, rechazó la petición del PP. López considera razonable que, en unas circunstancias como las actuales, se conceda al candidato a la investidura el tiempo suficiente para conseguir los apoyos que necesite, un plazo que, según su propia estimación, oscilaría entre las tres semanas y un mes. Eso situaría la fecha de celebración del debate en los primeros días de marzo.

La vicepresidenta primera del Congreso, Celia Villalobos, del PP, defendió el 16 de febrero por entender que el Parlamento y el Gobierno tienen que empezar a funcionar "de forma adecuada cuanto antes". El líder de Podemos, Pablo Iglesias, coincidió ayer también esa urgencia porque "no puede ser que mientras algunos juegan al Parlamento, haya ciudadanos a los que le corta la luz". Iglesias, quien mañana se reunirá con Sánchez, insiste en que su formación considera imprescindible entrar en un Gobierno, del que él sería el vicepresidente, como garantía de que se aplicará un programa de reformas. Podemos, dijo, es "generoso" al poner "todas las facilidades" para que Sánchez sea presidente y el PSOE debe entender que no puede conformar un Gobierno en solitario, sino que debe contar con Podemos e IU.

"Vamos a hablar con las fuerzas del cambio y luego veremos cómo se conforma ese gobierno. A los ciudadanos no les importa, ni les preocupa su composición, ni los nombres", advirtió ayer el portavoz parlamentario del PSOE, Antonio Hernando, uno de los miembros de la comisión negociadora. Su partido, dijo Hernando en una declaraciones radiofónicas, es consciente de la "enorme dificultad" para conformar un Ejecutivo y cuenta ya con que "habrá que hacer cesiones y actuar con mucha generosidad y responsabilidad". A Pablo Iglesias le sugirió que "no es el momento de las palabras gruesas, ni de las descalificaciones y mucho menos de los vetos", después de que el líder de Podemos criticase al número uno del PSOE por buscar a la vez un pacto con su partido y con Ciudadanos.

El desánimo del PP

El Sánchez presidenciable ha sido para el PP un giro notable en los acontecimientos. El presidente en funciones, Mariano Rajoy, se reunirá hoy con el Grupo Parlamentario Popular en un intento de evitar que se extienda el desánimo interno, que ha empezado a cundir ante la posibilidad de que Pedro Sánchez pueda convertirse en el próximo presidente del Gobierno y el PP se quede en la oposición.

El objetivo formal del encuentro es analizar el escenario político después del encargo del Rey al líder del PSOE y lanzar la estrategia del partido contra lo que, anticipan, puede ser un Gobierno radical de izquierdas. Por ahora, esa estrategia se limita a insistir en sus argumentarios internos en que al secretario general del PSOE "no le salen las cuentas" sin el apoyo de "radicales" e "independentistas", una idea que quieren que sus cargos repitan por toda España. El portavoz popular en el Congreso, Rafael Hernando, acusa al secretario general del PSOE de comenzar el camino hacia la Presidencia del Gobierno"con muchas mentiras y mucho fraude".