El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, aprovechó ayer una reunión con el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, para reafirmarse en que no pactará con el líder del PP, Mariano Rajoy, pese a las invitaciones que recibe desde el campo popular a formar una "gran coalición" que resuelva el difícil rompecabezas planteado por los resultados de las legislativas del pasado 20 de diciembre.

Sánchez, quien compartió vino y anchoas con Revilla en Santander, barajó diferentes argumentos, todos ellos conducentes a reafirmarse en su negativa a cualquier tipo de entendimiento con el PP y en su voluntad de formar un Gobierno alternativo de izquierdas.

Para el líder socialista, Rajoy es, en primer lugar, una persona nada indicada para dar "lecciones de patriotismo" -una de las razones invocadas por los populares para formar la gran coalición-, ya que, dijo, "es el Red Bull de los independentistas, porque les da alas". De ahí que, en su opinión, Rajoy sea "el candidato favorito de los independentistas para seguir en La Moncloa".

Al respecto, el líder socialista defendió el polémico préstamo de senadores a los independentista catalanes, asegurando que "ya es hora de cambiar el paso y tender puentes para resolver uno de los principales problemas que tiene España" mediante el diálogo y una reforma constitucional de orientación federal.

Otro argumento esgrimido por Sánchez para no pactar es la necesidad de ser "coherente" con el cambio que, aseguró, han pedido los españoles, razón por la que no va "a renunciar a ser arquitecto del nuevo tiempo político" que se ha abierto.

"Vamos a actuar al dictado de nuestros valores, al servicio del cambio y el progreso, y del interés general de la mayoría a la que nos debemos", subrayó Sánchez en la comida anual de los socialistas cántabros, después de sostener que no se siente "presionado" sino "bien" y "fuerte".

De este modo, Sánchez aludía tanto al frágil equilibrio interno que mantiene con los barones de su partido como a la poca disposición al entendimiento con el PSOE que está manifestando Podemos, a quien acusó de "trazar líneas rojas, hablar desde atalayas y construir cordones sanitarios".

Cospedal

Desde la ciudad de Toledo, la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, criticó la cesión de senadores y advirtió a Sánchez que no juegue "con la unidad de España por intereses partidistas", a la vez que se quejó de que "los intereses personales de algunos, por su propia supervivencia política estén por encima del interés general de los españoles y del interés general de España". Cospedal, quien insistió en que "no todo vale", llamó a la "imprescindible alianza de la unidad" frente al secesionismo.