El soberanismo catalán carece todavía de la base social necesaria y el proceso abierto por el Parlament en noviembre pasado para la "desconexión de España" en un plazo de dieciocho meses tendrán un ritmo más lento. El presidente catalán, Carles Puigdemont, inicia su mandato refrenando las urgencias soberanistas y anuncia que, por ahora, no habrá una declaración de independencia de Cataluña unilateral.

En una entrevista en TV3, el nuevo presidente apunta que el plazo máximo de 18 meses que prevé la hoja de ruta independentista de Junts pel Sí debería empezar a contar a partir de la constitución de su Gobierno y anticipa que podría variar en función de cómo evolucione el proceso soberanista."Si llegamos al mes 18 y nos falta algo aún para hacerlo bien, no interrumpiré esta etapa", afirma Puigdemont, aunque mantiene el propósito de hacerlo en el plazo marcado y "si puede ser un poco antes, mejor". Sobre la posibilidad de que en ese año y medio haya una declaración unilateral de independencia, el exalcalde de Girona señala que "no está previsto". Y explica que el 47,8% de votos independentistas en las últimas elecciones del 27S permite "iniciar" el proceso y conducirlo hasta las elecciones constituyentes y el referendo para ratificar la futura constitución catalana, como se estipula en la hoja de ruta de JxSí.

El objetivo, sostiene, es implicar a más ciudadanos en el proceso soberanista de manera que "gente que habría votado 'no' -a la independencia- vote 'sí' a una constitución -catalana- con la que se puede identificar más que en la española", de manera que "un 'sí' a la constitución sería un 'sí' a la república catalana". En todo caso, Puigdemont garantiza que su Ejecutivo dará los pasos "con seguridad jurídica y con toda la legalidad posible". En plena coincidencia con Puigdemont, el segundo de su Gobierno y conseller de Economía, Oriol Junqueras, líder de ERC, señala que "el objetivo no es hacerlo con 18 meses, el objetivo es la independencia".

El presidente catalán lamenta que ni el Rey ni otros presidentes autonómicos le hayan llamado para felicitarle por su nuevo cargo. Tampoco lo hizo el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, algo que, en opinión de Puigdemont. "dice muy poco a favor de su liderazgo político".Pese a ello asegura no tener "ningún interés en que se rompan los puentes" con el Estado, que deben estar tendidos incluso en el escenario "más agudo".

Sánchez e Iglesias

Quienes sí hablaron ayer con el presidente catalán fueron el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el líder de Podemos, Pablo Iglesias. La de Sánchez con Puigdemont fue una conversación "cordial" de unos veinte minutos en la que el socialista le reiteró su propósito de "abordar una reforma federal de la Constitución que resuelva la crisis catalana". Una solución que, en otro contexto, el catalán considera una "fantasía" que no cubre las expectativas de Cataluña.

Antes que Sánchez, habló con el presidente catalán el líder de podemos quien le hizo llegar su propuesta de celebrar en Cataluña un "referéndum legal en el marco jurídico actual". Iglesias explicó a Puigdemont que Podemos "no quiere que Cataluña se vaya de España y que apostamos por un nuevo encaje constitucional que reconozca a Cataluña como nación en un proyecto común plurinacional",

La número uno de Ciutadans en el parlamento catalán, Inés Arrimadas, advierte que Puigdemont "no quiere hacer un referéndum sobre la independencia porque sabe que no tendría mayoría" y su pretensión es sustituirlo por una consulta sobre una eventual constitución catalana.