El PSOE afirmó ayer que está abierto a debatir la formación de cuatro grupos en el Congreso de los Diputados vinculados a Podemos, a pesar de que la propuesta "no está contemplada en el reglamento" de la Cámara.

"Está siendo objeto de análisis jurídico, de conversaciones entre los grupos y estamos abiertos a ese debate; sabemos de la dificultad de esa cuestión y esa propuesta porque no está contemplada en el reglamento", reiteró el diputado del PSOE Rafael Simancas en declaraciones a los periodistas en la sede de Ferraz.

El político socialista apuntó que "ya se verá" en qué acaba el compromiso de Podemos de contar en la Cámara baja con cuatro grupos parlamentarios, el propio y los tres de sus marcas afines. Sin embargo, una, En Comú Podem, ya advirtió ayer que si se impide a sus 12 diputados formar grupo propio se estará cometiendo "un fraude democrático".

Formar grupo propio no sólo significa más recursos económicos, sino más cupo para iniciativas y preguntas, más tiempo en la tribuna de oradores y una mayor presencia mediática.

Si el partido de Pablo Iglesias logra formar cuatro grupos separados, se aseguraría una subvención de 114.388,32 euros mensuales, pero si tiene que contentarse con un grupo unificado con sus 69 diputados, vería recortada la ayuda a una cuarta parte.

El acuerdo al que llegó Podemos con las candidaturas de confluencia en Cataluña, Galicia y la Comunidad Valenciana (En Comú Podem, En Marea y Compromís-Podemos) era que cada una tuviera su propio grupo parlamentario, con autonomía y voz propias. Un compromiso que choca con el Reglamento del Congreso y con la voluntad de PP o C's, que ven en esa pretensión un disparate.

En principio, las tres marcas territoriales de Podemos cumplen con el primero de los requisitos: tienen más de cinco diputados y han obtenido más de un 15% de los votos en las circunscripciones en las que se presentaron.

Las dificultades surgen con la segunda de las condiciones: "En ningún caso pueden constituir grupo parlamentario separado diputados que pertenezcan a un mismo partido".

Es obvio que hay diputados de estas tres candidaturas que militan en Podemos, aunque hayan concurrido en coaliciones o partidos instrumentales separados.

Un problema que, a primera vista puede parecer insalvable, pero que puede ser esquivado si lo autoriza la Mesa del Congreso y la conveniencia política así lo aconseja. En reiteradas sentencias, el Tribunal Constitucional ha establecido que la Mesa es soberana para interpretar el Reglamento en uno u otro sentido. Incluso con criterios contrapuestos.

Así, la negociación para elegir la Mesa tiene que ir de la mano del acuerdo para la formación de los grupos. Será la Mesa, con el balance de fuerzas que obtenga el miércoles, la que diga sí o no a los cuatro grupos de Podemos. Tiene cinco días para decidirse.