El candidato del PSOE a la Moncloa, Pedro Sánchez, se abrió ayer de una manera clara, por primera vez, a la posibilidad de alcanzar acuerdos poselectorales con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, al considerar que ha "abandonado la retórica y las medidas populistas" que defendía hace un año y que ha "modulado su discurso", ya que ahora no "habla de dejar el euro o impagar la deuda pública".

En un foro periodístico madrileño, Sánchez subrayó que ahora, por ejemplo, el partido de Pablo Iglesias "apoya" el "programa socialdemócrata" del PSOE en comunidades como Castilla-La Mancha o Extremadura. En respuesta a la pregunta de un lector, el secretario general del PSOE admitió que desde que adquirió el compromiso de no pactar con "el populismo" en septiembre de 2014, las cosas han cambiado y, tras reafirmarse en aquella promesa, puntualizó que su único compromiso previo a las elecciones del 20-D es "no pactar con la derecha".

Respecto al candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, Sánchez dijo que tiene que aclarar si va a "apoyar" tras las elecciones al PP o al PSOE, es decir, si quiere "cambio o resistencia al cambio". No obstante, aseguró que "intuye" que, si tiene la posibilidad de elegir, Rivera apoyará a Rajoy, por lo que defendió que "solo con una victoria del PSOE se puede producir el cambio" político en España, porque "si se suma a Rivera con Rajoy, no habrá cambio y seguirá gobernando Rajoy".

En su intervención, Sánchez hizo hincapié en la regeneración democrática y anunció una nueva propuesta que incluirá en el programa electoral socialista, como es la reforma de la Ley de Partidos para que reciban más financiación aquellas formaciones que adopten medidas de democracia interna, como la celebración de primarias, la limitación de mandatos o la paridad en sus listas electorales.

El líder socialista explicó que no pretende "penalizar" al partido que no aplique estas medidas, pero "sí incentivar al más democrático". En suma, apuntó que su objetivo es que la financiación de los partidos "no dependa solo de los resultados electorales, sino también de su democracia interna".

Con el fin de fortalecer el papel del Congreso, defendió igualmente limitar el uso del decreto ley y eliminar las "rigideces" del debate parlamentario. Para ello, propuso regular las comparecencias urgentes del presidente del Gobierno y de los ministros para que no rehuyan el debate y que se les puedan hacer preguntas orales sin notificación previa.

En materia económica, Sánchez se reafirmó en que no subirá el IRPF por encima del 45% a las rentas más altas y en que dejará en manos de los sindicatos y empresarios la concreción de las indemnizaciones por despido.

Sánchez respondió así cuando se le ha preguntado por el planteamiento del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que apuntó que el tipo máximo debería estar por debajo del 43%. Eso sí, el candidato socialista tiró de sarcasmo al recomendar al auditorio que no crean "mucho en materia de impuestos a Rajoy".