La Policía ya tuvo constancia en abril de que los algo más de mil dólares que Miguel Ángel Muñoz Blas cambió por unos 900 euros en una entidad bancaria de Astorga habían pertenecido a la peregrina estadounidense Denise Pikka Thiem, desaparecida ese mismo mes y cuyo asesinato confesó el hombre tras ser detenido el pasado viernes en Grandas de Salime (Asturias). Fue la cajera de la sucursal de Cajamar en la capital maragata quien, extrañada por el aspecto y la actitud meditabunda de Muñoz, realizó una fotocopia de los billetes y, luego, la entregó a la Policía. La numeración de los dólares permitió confirmar que se trataba del dinero que Denise había traído a España desde Estados Unidos para hacer el Camino de Santiago. Pese a ello, los agentes no arrestaron entonces a Muñoz Blas, aunque fuentes de la investigación aseguran que, como "sospechoso", quedó sometido a vigilancia.

El incremento de la presión policial, que manejó una lista de treinta posibles autores del asesinato tras haber interrogado a más de doscientos peregrinos de veinte nacionalidades, hizo que Miguel Ángel Muñoz Blas decidiera poner tierra de por medio. Abandonó Astorga en autobús hace una semana. No se supo más de su paradero hasta que fue encañonado y detenido en el bar Centro de Grandas de Salime en torno a las cuatro de la tarde del viernes. Poco antes, había cometido el error de sacar dinero de un cajero, lo que permitió su localización por parte de agentes de Luarca, uno de los cuales aseguró a quienes estaban en el establecimiento hostelero en el momento del arresto que se trataba de una persona muy peligrosa.

La Policía ya sabía entonces que en la misma finca de Muñoz en la que apareció el cadáver se había localizado una sierra de su propiedad con restos y trazos del ADN de la peregrina. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que acudió el sábado a Astorga para inspeccionar el operativo, no ofreció detalles sobre la investigación, aunque reconoció que el FBI había estado al corriente y que en los últimos días se movilizó al mismo equipo policial que dio en Rumanía con Sergio Morate, acusado del doble asesinato de Cuenca, tras haber huido del país. Por su lado, Mariano Rajoy remitió el mismo sábado una carta al senador estadounidense John McCain, que se había interesado por el caso de su compatriota desaparecida hace cinco meses, para informarle del hallazgo del cadáver y de la detención, así como para garantizar que las fuerzas de seguridad y la judicatura seguirán trabajando hasta la resolución del suceso.

Aunque en un primer momento negó los hechos ante los agentes -a los que les dijo "yo no he hecho nada"-, Muñoz Blas confesó ser el asesino de la peregrina a bordo del helicóptero en el que fue trasladado a Astorga, donde este lunes está previsto que pase a disposición judicial. "He sido yo. La maté. No lo quería hacer, pero le di un golpe y luego otro, no quería matarla; yo os llevó donde está", dijo textual mente Muñoz Blas a los policías, según informó en su edición de ayer el diario 'El Mundo'. Después, se ratificó ante la juez que se ha hecho cargo del caso.

Una vez en Astorga, el "criminal del Camino" condujo a los agentes hasta su finca, ubicada en una pista forestal de las inmediaciones de Castrillo de los Polvazares, entre los términos de Santa Catalina de Somoza y San Martín de Agostedo. Allí, en avanzado estado de descomposición, tapado con ramas, hallaron los restos de Denise Pikka Thiem.

Una peregrina alemana ha denunciado que en 2014 ya fue atacada en esa misma zona por un hombre con un pasamontañas, prenda que solía portar Muñoz, según sus vecinos.