Mariano Rajoy abrió ayer la puerta a cambios en el partido y el Gobierno, forzado por la presión de los barones del PP tras el grave revés electoral del domingo, que ha supuesto para los populares la pérdida de sus mayorías absolutas. En un intento de frenar la convulsión que sacude a su formación, el Presidente anunció que "poco a poco" tomará las decisiones "más convenientes" para ir a los comicios generales de final de año en la "mejor forma posible",

Sobre los cambios "en el partido o en el Gobierno", Rajoy dijo que se anunciarán "una vez que se hayan producido". Las decisiones para reforzar la dirección del partido no se adoptarán de forma inmediata. El presidente pretende mover ficha después de que se constituya el nuevo mapa territorial. Génova aparcará hasta después de las elecciones generales los congresos regionales para evitar que coincidan en el calendario.

Los barones que han anunciado que renunciarán a sus cargos tendrán que esperar. La idea de Rajoy es que se haga una reflexión tranquila y, si de ella se deriva la necesidad de cambios, se harán, pero eso no ocurrirá después de la constitución de los ayuntamientos prevista para el 13 de junio.

El jefe del Gobierno indicó que seguirá hasta el final de la legislatura. En concreto baraja el 22 o el 29 de noviembre para las elecciones generales, dos fechas que dejarían tiempo para aprobar en septiembre las últimas leyes.

Rajoy abrió al fin la puerta a cambios en el Ejecutivo y en el partido después de que el valenciano Alberto Fabra, el balear José Ramón Bauzá y la aragonesa Luisa Fernanda Rudi le exigieran renovación al tiempo que anunciaban su retirada. El presidente no entró a valorar estos anuncios y subrayó que todos los barones seguirán en sus responsabilidades hasta el relevo. Sí habrá movimientos para que deleguen parte de su liderazgo en los secretarios regionales o en caras nuevas para portavoces parlamentarios.

Tampoco se refirió a las críticas del castellano-leonés Juan Vicente Herrera, quien llegó a cuestionar su candidatura al decirle: "Mírate al espejo y respóndete a ti mismo". El debate sucesorio parece abierto de nuevo en el PP, desde donde han saltado las primeras informaciones que, sin dar nombres, aseguran que hay pesos pesados del partido partidarios de que Rajoy no sea el candidato en las generales para mejorar resultados.

Desde Moncloa se insiste en que el jefe del Gobierno entiende estas críticas en clave personal y no se siente cuestionado ni tiene dudas de que volverá a ser el candidato de los populares. Los nombres más citados al margen de Rajoy son los de Soraya Sáenz de Santamaría y de Alberto Núñez Feijóo, mientras que a Esperanza Aguirre se la considera amortizada.

En cuanto a la política de pactos, la dirección del PP ve con buenos ojos la propuesta que el martes hizo Esperanza Aguirre de pactar con PSOE y Ciudadanos para evitar que Ahora Madrid -donde se integra Podemos- tenga la Alcaldía de la capital. Una idea "de alcance", según las fuentes consultadas, que Génova quiere extender a otros territorios.

El PP no tuvo la misma reacción cuando ayer Aguirre planteó un gobierno de concentración para la capital, abierto incluso a Podemos, después de que el PSOE, por medio de Antonio Miguel Carmona, rechazara un acuerdo conjunto con Ciudadanos para dejar fuera a Manuela Carmena.

Tras reunirse con la candidata de Ciudadanos, Begoña Villacís, Aguirre sugirió esa posibilidad siempre que no se admitan propuestas como "construir soviets en los distritos", en alusión a su idea de que Podemos responde a la "izquierda radical".

Ayer hubo más voces que se sumaron a la necesidad de que el PP actúe tras los malos resultados del domingo. Alberto Núñez Feijóo consideró que la autocrítica de los populares se quedará "a medias" si no se plasma en medidas en las próximas semanas. "No se puede quedar en palabras", sino que debe conllevar "hechos y decisiones", advirtió. Alicia Sánchez-Camacho se alineó con los que salieron en defensa de Rajoy, al que la catalana ve como el "mejor candidato". Otros, como el riojano Pedro Sanz, acusaron de generar inestabilidad a sus compañeros por anunciar con tanto tiempo su intención de no ser reelegidos.

Quien sigue sin decidirse es Juan Vicente Herrera, a quien la Unión del Pueblo Leonés descartó apoyar. El presidente castellano liderará la búsqueda de pactos para el Gobierno de la región, pero mantiene la incógnita sobre si será el candidato a la investidura. Mientras, el murciano Pedro Antonio Sánchez no descartó nuevas elecciones en su región.