Las cenizas del religioso muerto por ébola Manuel García Viejo quedarán depositadas este sábado en el panteón de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en el cementerio madrileño de San Isidro, como ya ocurriera con las del misionero Miguel Pajares, también fallecido por esta enfermedad en agosto pasado.

Los restos de García Viejo han sido incinerados en el tanatorio crematorio de Collado Villalba (Madrid) y este sábado a las once se oficiará un funeral por el religioso en la capilla del Hospital San Rafael de la capital. Desde allí, las cenizas serán trasladas al cementerio y colocadas en el panteón de la orden en un acto privado.

El Ayuntamiento de Folgoso de la Ribera (León), localidad de la que era natural García Viejo, ha decretado dos días de luto oficial. Está previsto un oficio religioso el domingo, a las 13.00 horas, en la iglesia parroquial del pueblo, de apenas quinientos habitantes.

Agradecimiento de la familia

En un comunicado, la orden y la familia de García Viejo agradecen "el enorme esfuerzo" de la sociedad española por salvarle la vida. Citan expresamente al Gobierno, implicado en la repatriación "desde el primer momento y sin escatimar esfuerzos", y al Hospital Carlos III de Madrid, donde murió el jueves después de ingresar el lunes de madrugada. Recuerdan la colaboración de "otros muchos que es imposible nombrar, con los que la orden está igualmente agradecida".

Condolencias

Los hermanos San Juan de Dios expresan las condolencias a la familia, "compartiendo su dolor y el gozo de su vida ejemplar y entregada a los demás, y el disfrute de haberlo tenido entre nosotros y aprender de él -añaden-".

Además, hacen un llamamiento a la sociedad para continuar con los esfuerzos que se están haciendo para frenar el ébola, "que está arrasando África del Oeste de manera imparable".

El director de Obras Misionales Pontificias (OMP), Anastasio Gil, ha lamentado la muerte de García Viejo, y ha subrayado que su vida es un "necesario punto de referencia" para todos. Gil ha recordado que estaba en Sierra Leona por su vocación misionera, "para ir al encuentro de los más pobres y vulnerables". "Entre ellos se hizo débil con los débiles, hasta el punto de morir como tantos otros, víctimas de esta enfermedad para la que la medicina aún no tiene respuesta eficaz", ha señalado.

Con la muerte de García Viejo "ha vuelto a reproducirse un profundo dolor en la familia hospitalaria de San Juan de Dios", que "afecta a la Iglesia entera en la persona de los misioneros", ha dicho. Gil se ha referido así también a Miguel Pajares, miembro de la misma congregación, y primer español infectado, concretamente en Liberia; fue repatriado también por el Gobierno y hospitalizado en el mismo centro, aunque finalmente murió.

La defensora del pueblo, Soledad Becerril, ha agradecido a los hermanos de San Juan de Dios, otras congregaciones y ONG el trabajo humanitario en países que pasan grandes dificultades. Ha resaltado que García Viejo se dedicó durante 30 años a ayudar a los grupos sociales más vulnerables en África.