El núcleo de la acusación del "caso Nóos" es el presunto desvío de fondos públicos (más de seis millones de euros) que el instituto del mismo nombre, presidido por Iñaki Urdangarin, realizó entre 2003 y 2009. Fueron seis años en los que el duque de Palma contactó con administraciones diferentes (el Gobierno balear, la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia y el Ayuntamiento de Madrid) para captar dinero con el que organizar unos eventos, todos basados en el binomio turismo y deporte, o impulsar un equipo ciclista patrocinado con 20 millones de euros públicos. Todo se hizo a dedo.

1 | Ciclismo: un contrato firmado en el Palacio de Marivent. Iñaki Urdangarín fichó en 2003 a Juan Pablo Molinero, un joven consultor experto en deportes. Molinero le ofreció un buen negocio: mediar entre el equipo ciclista Banesto, que se quedaba sin patrocinio, y el Gobierno balear para que asumiera la financiación de la escuadra. El duque de Palma echó mano de su amigo Pepote Ballester, compañero de regatas y fiestas y que había sido nombrado flamante director general de Deportes del Gobierno balear y le planteó el proyecto Illes Balears, como así se llamaría el nuevo equipo. Ballester concertó una cita en Marivent, residencia estival de los Reyes, entre el duque de Palma y el president Jaume Matas para hablar del patrocinio. La excusa fueron un partido de pádel y unas cervecitas. Matas aceptó que su Gobierno asumiera los costes del Illes Balears (entre 18 y 20 millones de euros) y pactó con el yerno del entonces Rey que este se llevaría, por su mediación, 300.000 euros de fondos públicos por la llamada "oficina del proyecto". Esta es la cantidad malversada.

2 | Control del equipo: contrato amañado para un tercero. Curiosamente los principales imputados en el "caso Nóos" serán juzgados por amañar un contrato del Gobierno balear para que una empresa externa controlara el impacto publicitario del equipo Illes Balears en varios países europeos. Sin embargo, el beneficiario de aquel presunto fraude a la Administración no fue una empresa del grupo Nóos, sino Sofres Audiencias de Medios S. A.-TNS. El procedimiento negociado fue convocado en enero del 2004 por la Fundación Illesport, la misma que construyó el velódromo Palma Arena, y a él se presentaron Sofres-TNS, Aizoon S. L. y Virtual Strategies (de Diego Torres). El contrato ascendió a unos 50.000 euros y se adjudicó a dedo a Sofres, la entidad apoyada por el duque de Palma.

3 | Tres millones por unos eventos anodinos en Valencia. El esposo de la infanta Cristina ideó, junto a Diego Torres, una forma de ganar muchos millones pagados por administraciones públicas a través del Instituto Nóos, una entidad revestida del ropaje de la ausencia de ánimo de lucro y respaldada por la Casa del Rey. La fórmula mágica era montar en esas ciudades unos seminarios (foros) pseudocientíficos para ensalzar y analizar las virtudes del binomio turismo-deporte. La idea fue "vendida" por Iñaki Urdangarín en Barcelona, Valencia y Palma. En la primera ciudad no coló, pero en las otras fue una fuente de millones para Nóos. La Generalitat de Valencia, a través de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa) y el Ayuntamiento de esta ciudad, por mediación de la Fundación Turismo Valencia Convention Bureau, aceptaron pagar al yerno del entonces Rey Juan Carlos más de tres millones de euros por las ediciones de los Valencia Summits de los años 2003 a 2006. En 2007 se iba a celebrar un cuarto evento, pero se anuló. Castro mantuvo que los responsables políticos y penales de estos contratos fueron el expresidente de la Generalitat valenciana Francisco Camps y la alcaldesa de esa ciudad, Rita Barberá, pero el Tribunal Superior de Justicia de esa comunidad los exculpó. Han quedado así como imputados algunos excargos de Cacsa y la Turismo Valencia -José Luis Lobón, José Manuel Aguilar, Elisa Maldonado y Jorge Vela- acusados de otorgar esos contratos al margen de la normativa legal.

4 | Los Juegos Europeos que nunca se celebraron. A mediados de 2005, el cuñado del rey Felipe VI consiguió de la Generalitat de Valencia una "línea de crédito" oficial para organizar los llamados Juegos Deportivos Europeos, una especie de olimpiadas continentales. Fue el exculpado Francisco Camps el que pactó con el duque de Palma ese proyecto por el que la Generalitat estaba dispuesta a gastar varios millones de euros. Nóos se puso manos a la obra, pero nunca pasó de meras declaraciones de intenciones. El instituto del duque de Palma consiguió varios cientos de miles de euros del Ejecutivo valenciano, pero no pudo colar otras facturas.

5 | 2,5 millones por unos días de charlas en Palma. El "caso Nóos" nació por los casi 2,5 millones de euros que el Gobierno de Matas pagó a Urdangarín por dos congresos celebrados en Palma en 2005 y 2006. Fueron unos días de debates entre expertos y deportistas de élite para hablar de las virtudes del deporte como foco de atracción. El problema es que Nóos no justificó ante el Gobierno el destino de los fondos obtenidos.

6 | Donativos para "vender" Madrid 16. Urdangarín recibió del Ayuntamiento de Madrid, a través de la Fundación Madrid-16, decenas de miles de euros por promocionar la capital como sede de los Juegos Olímpicos.