Doña Letizia ha apostado para el día de su proclamación como Reina de España por la elegancia y la sobriedad en su vestuario.

La reina Letizia ha escogido un vestido y un abrigo de primavera de manga larga de color blanco con cuello a la caja, confeccionado con pedrería en tonos dorados y carmesí, un ornamento que evita la presencia de joyas. El modelo ha sido diseñado por Felipe Varela, quien le ha vestido en las ocasiones más especiales de su vida. Además, ha optado por el mismo color en el que fue presentada como la prometida del heredero al trono a la sociedad.

El vestido de la nueva reina ha sorprendido bastante, ya que se esperaba que Doña Letizia luciese un vestido largo. Tampoco ha lucido corona, ni tiara, ni ha estrenado la diadema que Felipe VI le regaló por su quinto aniversario de boda y que los expertos apostaban a que adornaría la cabeza de la nueva Reina en la proclamación de su marido. Ha optado por la melena suelta y lisa que lleva habitualmente.

Su look se ha completado con un bolso de mano y unos zapatos del mismo tono que el vestido y el abrigo.

Tras la imposición del fajín del Rey Juan Carlos I a su hijo, Letizia se ha puesto el lazo de la Gran Cruz de la Orden de Carlos III, de la que es dama desde 2004.

Junto a la nueva reina Letizia han estado sus dos hijas, Leonor, ya princesa de Asturias y su hermana la infanta Sofía. Ambas iban vestidas con dos vestidos cortos de tablas iguales pero en diferente color, Leonor en rosa claro y Sofía en verde agua. Han sido confeccionados en tela brocada con manga francesa y llevan un lazo zapatero en la cintura, de la que la falda nace con amplios pliegues. Unas sencillas bailarinas en tonos plateados completan el conjunto.

Los tonos claros han sido los elegidos también por la Reina Sofía, que ha optado por un vestido en tono lima y un collar de perlas, mientras que la infanta Elena ha elegido un traje de chaqueta en blanco roto y rosa palo.