Los reyes Felipe VI y Letizia lograron ayer lo que parecía imposible: reunir a los representantes de todas las asociaciones y fundaciones de víctimas del terrorismo en el que fue su primer acto oficial fuera del recinto de La Zarzuela tras la proclamación del pasado jueves. La presencia en un mismo acto de Ángeles Pedraza, presidenta de la mayoritaria Asociación de Víctimas del Terrorismo, y de Pilar Manjón, de la Asociación de Afectados por el 11-M, resume el poder de convocatoria de los Reyes, que también estuvieron acompañados por defensoras de víctimas de todas las ideologías, desde Consuelo Ordóñez (Covite) y Mayte Pagazaurtundua (eurodiputada de UPyD y presidenta de la FVT hasta 2012), hasta Mari Mar Blanco, presidenta de la Fundación de Víctimas y de la Fundación pro derechos humanos Miguel Ángel Blanco.

Los Reyes, acompañados del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, escucharon durante una hora a 43 representantes de las víctimas de ETA, los GRAPO, los atentados del 11-M, de la ultraderecha y de la violencia terrorista en Irak y Afganistán.

Las víctimas agradecieron a los monarcas haberlas elegido para su primer acto oficial y aprovecharon la reunión para exponer a los Reyes sus reivindicaciones, entre las que destacó la de Mari Mar Blanco de ayudarles a construir en el extranjero "el relato de la verdad" del terrorismo etarra, para que "en ningún país del mundo tengan dudas de quién es ETA".

Felipe VI expresó a los reunidos la admiración que les profesa por su superación personal y su fortaleza moral y por no guardar deseos de venganza, al tiempo que garantizó que la reina Letizia y él siempre estarán a su lado y nunca olvidarán su sufrimiento y dolor.

Tras saludarles uno a uno, los Reyes posaron en los jardines con sus invitados y guardaron junto a ellos un minuto de silencio en memoria de todos los que perdieron su vida por la violencia terrorista, para reunirse a continuación en un encuentro a puerta cerrada, que don Felipe abrió con un breve mensaje.

Sus palabras han recordado las que pronunció el pasado jueves en su discurso de proclamación como Rey en el Congreso y, en ellas, ha reafirmado su afecto, su inmenso respeto por quienes sufrieron o perdieron la vida en defensa de la libertad de todos, su compromiso de no olvidar la memoria de las víctimas y la importancia de la victoria del Estado de Derecho como reconocimiento a su dignidad.