El discurso de Felipe VI fue recibido con entusiasmo por los representantes del PP y el PSOE, que aplaudieron largamente al Rey y valoraron especialmente su defensa de una España unida y plural, frente a la frialdad de los presidentes vasco y catalán, Íñigo Urkullu y Artur Mas. Mariano Rajoy eludió comentar si el jefe del Estado había hecho su primer discurso en clave territorial. "Nunca la sucesión se había hecho con esta tranquilidad", subrayó el presidente, para quien los ciudadanos pueden sentirse "contentos y orgullosos" de lo bien que han funcionado las instituciones.

El PP expresó su lealtad al monarca confiando en que la Corona "seguirá siendo un punto de encuentro de todos los españoles y símbolo de nuestra convivencia" y en que "contribuirá a la unidad y al proyecto de futuro de España". La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró que "los guiños" del soberano a Cataluña reflejan "el orgullo de la inmensa mayoría por vivir en una nación plural y diversa en la que todos cabemos", y añadió que la alocución abre "un tiempo nuevo con una monarquía renovada".

Para el ministro de Educación, José Ignacio Wert, fue un discurso "impecable para inaugurar un reinado", y la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, dijo que el Rey "sabrá conjugar la modernidad de su generación con la necesaria estabilidad del país". Esperanza Aguirre homenajeó a Felipe VI en Twitter con las siglas V. E. R. D. E. (Viva El Rey De España).

El PSOE consideró "acertado" el discurso del Rey, sobre todo por su compromiso con la monarquía constitucional y su deseo de encarnar la renovación "en un tiempo nuevo". También gustó a los socialistas su promesa de cercanía con quienes están sufriendo más las consecuencias de la crisis, como los jóvenes y los parados, así como el llamamiento a revitalizar las instituciones y la convivencia entre los pueblos que conforman una nación unida pero diversa.

Ha sido un discurso "completo, profundo y cercano", dijo Elena Valenciano, mientras que Trinidad Jiménez subrayó su "calado político"; el histórico Alfonso Guerra, sus referencias en clave territorial, y el expresidente del Congreso José Bono se mostró confiado en que Felipe VI ayude a evitar la secesión de Cataluña, que sería "una ruina" para todos y que solo interesa "a cuatro neuróticos". En cuanto a los expresidentes, Felipe González apuntó que la alusión a la unidad territorial es "parte de la misión institucional" del jefe del Estado; José María Aznar resumió su opinión con un "todo bien", y Rodríguez Zapatero elogió la alocución "directa" y "valiente" del Rey.

Rosa Díez, de UPyD, destacó que Felipe VI hizo un discurso "comprometido, reformista y esperanzador" que representa un "nuevo tiempo" y "la tercera España, la de la inmensa mayoría", que "todos" deben aprovechar. Entre los que no asistieron a la proclamación, Gaspar Llamazares (IU) tildó el discurso de "vacío, tópico, lleno de lugares comunes y propio de un funcionario del poder". Albert Rivera, de Ciutadans, afirmó que Felipe VI debe liderar una nueva etapa de regeneración política y democrática".