La Casa del Rey considera "razonable" que Don Juan Carlos disfrute de aforamiento cuando abandone el trono y no es partidaria de que sus futuras funciones sean reguladas por un estatuto específico.

En un encuentro informativo celebrado en el Palacio de la Zarzuela, un portavoz de la Casa ha explicado que corresponderá al nuevo Rey Felipe VI asignar las tareas que desempeñará su padre en esta nueva etapa, si bien ha apuntado que "a lo mejor interesa" aprovechar la dilatada experiencia de Don Juan Carlos como interlocutor con líderes internacionales.

En todo caso, la Casa del Rey no ve conveniente "encapsular" sus futuras funciones con una ley o un decreto que estableciera un estatuto específico sobre sus actividades.

En cuanto a su posible aforamiento, ha indicado que sería oportuno para "evitar disparates" y ha insistido en dejar claro que esta figura no supone inmunidad ni inviolabilidad, algo que perderá para sus futuras acciones a partir del momento en que deje de ser jefe del Estado.

El mismo portavoz ha insistido asimismo en aclarar que, tras ceder el testigo a su hijo como Rey, Don Juan Carlos no desea utilizar ningún titulo nobiliario, por lo que no pasará a ser Conde de Barcelona.

El tratamiento de Don Juan Carlos y doña Sofía y los honores que deberán recibir habrán de ser definidos en un Decreto, según ha puntualizado el portavoz de la Casa del Rey, que se ha remitido a lo que decida Don Felipe como nuevo Rey también al ser preguntado por las tareas que desempeñará en el futuro la actual Reina.

Además, la Casa del Rey ha asegurado que el resultado de las elecciones europeas no influyó en la elección de la fecha elegida para la abdicación, que según fuentes de la Casa del Rey fue decidida a comienzos del mes de abril, de acuerdo con el Gobierno, para no interferir en el calendario político y parlamentario.

Un portavoz de Zarzuela ha negado este jueves, de forma tajante, que la salud del Monarca haya influido en la decisión de su renuncia, que el Rey adoptó en enero, tras cumplir 76 años, y que no comunicó al presidente del Gobierno hasta finales de marzo, y unos días después, al líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Para entonces ya se había madurado en la Casa del Rey un complejo proceso para ir preparando una renuncia de la que no hay precedentes históricos, como no los hay para la situación en la que quedará Don Juan Carlos cuando su hijo sea proclamado como Felipe VI.

En enero

"El Rey, en enero, piensa que en el curso de este año debe pasar el testigo al Príncipe", ha explicado el portavoz sobre el momento en que arranca un procedimiento que culminará cuando el Príncipe de Asturias sea proclamado Rey, en las próximas semanas.

Don Juan Carlos estaba saliendo de una larga etapa de sucesivas operaciones quirúrgicas que habían mermado su movilidad, se estaba recuperando "y piensa que en el curso del año es una buena ocasión para ir pensando en ello", ha señalado la misma fuente.

Por ello, dentro de la Casa Real se pone en marcha un mecanismo, con el máximo secreto, para articular un proceso, aún sin fecha, cuyos principales criterios eran el "respeto absoluto a la juridicidad del proceso" y la voluntad del Rey de "no interferir" en el panorama político, ni tampoco en la vida parlamentaria.

Es a finales de abril cuando el Monarca comunica sus intenciones a Mariano Rajoy, ya para buscar el momento más idóneo, que semanas después se circunscribe al mes de junio, ya de acuerdo con Rubalcaba, y una vez celebradas las elecciones europeas del 25 de mayo, cuyo resultado Zarzuela insiste que no ha influido.

Se prefirió junio antes que esperar al otoño, un periodo "complicado" en opinión del portavoz, y descartando el año próximo, con convocatorias electorales, algo que impedía, según el criterio de Monarca, abordar el relevo en el trono.

Las fuentes han insistido en que la decisión de abdicar es "personalísima" del Rey, sin aportar más detalles sobre sus motivos, y han subrayado que después son las Cortes, como representantes del poder popular, las que reciben esta decisión y aprueban la ley orgánica correspondiente, tal y como recoge la Constitución.

Preguntado sobre si la salud de Don Juan Carlos había sido un factor clave en su decisión, el portavoz lo ha negado, de igual modo que ha rechazado que en la fecha escogida haya influido la incertidumbre en el PSOE tras la renuncia de Alfredo Pérez Rubalcaba a continuar como líder del partido, una vez celebradas las elecciones europeas de mayo.

En este sentido, Zarzuela insiste en que el Rey tenía claro que en ningún caso iba a materializar su renuncia antes de la convocatoria electoral, porque siempre ha sido norma de la Corona no interferir en la vida política.

"Continuidad"

El portavoz de Zarzuela ha señalado que la llegada de Felipe VI no iniciará una nueva etapa en la historia de España, algo que sí ocurrió cuando su padre accedió al trono tras 40 años de dictadura franquista, sino que más bien supone la "continuidad" de aquel cambio histórico.

"La Monarquía significa estabilidad y este paso que se va a dar, con la más absoluta normalidad, representa la continuidad en una etapa nueva en la historia de España que arranca en 1975", ha manifestado.