El heredero de la Corona era solo cuatro centímetros más bajo que en la actualidad cuando llegó a la comarca de Pontevedra. De lunes a viernes su tutor entre 1982 y 1993, el general de brigada Antonio Alcina, estrechamente vinculado a Pontevedra, residía en Madrid, pero los fines de semana se desplazaba a la ciudad del Lérez para acompañar a Don Felipe en sus salidas.

El jovencísimo guardamarina solía disputar partidas de billar en el desaparecido bar Stop, en la plaza marqués de Aranda, en donde también daba buena cuenta de los bocadillos de calamares.

El Parador Casa del Barón en Pontevedra y el hotel Bahía en Vigo fueron sus lugares de alojamiento en esos fines de semana. Asimismo, su tutor lo acompañaba en sus escapadas para hacer turismo por Galicia. "Algunos fines de semana visitó Santiago y en otra ocasión tuvo oportunidad de probar por primera vez las otras en Arcade", recuerdan quienes coincidieron con él en esos meses, una época en la que durante la semana se levantaba a las 7 de la mañana y se acostaba, como muy tarde, a las once.

Otro de sus destinos eran el bar Los Carballos y el restaurante O Peirao en Combarro, a donde volvió con sus compañeros en el 25 aniversario de su promoción.

No sería la única ocasión en la que, tras completar su formación en la ENM, visitaría Galicia y, de hecho peregrinó por el Camino Portugués (recibió en 2000 la insignia de oro de los Amigos do Camiño) y en varias ocasiones asistió a la entrega de despachos a los guardamarinas que lo han sucedido.