María Teresa Álvarez suma a su olfato de periodista y escritora los años compartidos con su marido, Sabino Fernández Campo (fallecido en 2009), hombre de la máxima confianza de don Juan Carlos a lo largo de más de 15 años. En esta entrevista, analiza tanto el fondo como la forma de la abdicación del Rey.

-¿Sorprendida por la decisión de don Juan Carlos?

-Ha sido una sorpresa total. No diría que la decisión me ha conmocionado, pero sí que me ha provocado una sorpresa enorme. Y también emoción al ver y escuchar el mensaje del Rey. Me parece que estuvo muy bien, con una entonación perfecta, surgida del corazón. Un texto perfectamente escrito. La verdad es que me da pena su dimisión.

-¿Le han convencido sus explicaciones?

-Sin duda. Desde que Rajoy anunció la abdicación hasta que el Rey habló se dijeron muchas cosas raras que no se van a acallar porque responden al modo de ser de los españoles y los deseos de especular son enormes. Mi opinión es que se trata de una decisión adoptada libremente y precisamente en un momento en el que todos le veíamos significativamente mejor. Tal vez haya elegido este momento porque es importante que la imagen con la que nos quedemos sea la de un Rey haciendo cosas por España. Ahora bien, estoy convencida de que la decisión ha sido libre, pero también influida por personas de su entorno que así le han aconsejado. Hay un sector importante con capacidad para influir sobre el Rey. Creo que sin este tipo de consejos no habría abdicado.

-Una decisión libre. ¿Y acertada?

-Pienso que renuncia convencido de que el Príncipe va a hacerlo bien, de que lo ve preparado, como un digno sucesor? Pero también pienso que siente dejar el timón. En definitiva, creo que el Rey ha tomado una decisión acertada, aunque personalmente me dé pena. Es el final de una etapa y, como dijo el Rey, el Príncipe la acomete con una ilusión renovada.

-¿Qué destacaría de la puesta en escena?

-Muy hermosas las últimas palabras del discurso del Rey. Me recordó al de su tatarabuela, Isabel II, quien en su testamento le dice a su nieto, Alfonso XIII, que muere amando a España. El Rey ha rematado su discurso diciendo que lleva a España en su corazón.

-Ha pasado el tiempo. ¿Cómo valora la relación entre el Rey y Sabino Fernández Campo?

-Siempre he dicho que estaba convencida del cariño que se tenían. Fui testigo de lo mucho que Sabino quería al Rey. Cuando se te muere un ser querido, manifiestas el dolor de forma más sincera, al encontrarte con alguien a quien tú quieres o a quien el fallecido quería de una forma especial. Yo vi cómo Sabino lloraba emocionado al comunicarle al Rey la muerte de una de sus hijas. Era un afecto sincero. Y, desde luego, la de Sabino era una lealtad a prueba de bomba.

-¿Qué habría dicho Sabino ante la abdicación?

-Lógicamente, no puedo saberlo, pero sí hacer alguna suposición. Sabino no era partidario de que los reyes abdicasen. Estaba de acuerdo con don Juan, el padre del Rey, que decía que los reyes tenían que estar reinando, en el exilio o muertos. Dicho lo cual, Sabino era una persona inteligente, que sabía que las ideas de las personas no son inmutables y fijas, sino que puede haber circunstancias que las modifiquen. Personalmente, creo que don Juan Carlos ha dado un paso importante y una prueba de generosidad que muchos españoles valoramos.