Los diputados Eduardo Madina y Pedro Sánchez prefieren esperar a la Ejecutiva Federal del PSOE del próximo lunes antes de comunicar si optan o no a la Secretaría General para sustituir a Alfredo Pérez Rubalcaba y, mientras tanto, miden sus apoyos internos y sondean sus posibilidades.

Ambos se han congratulado a través de las redes sociales de la propuesta de la dirección federal de abrir la elección del nuevo secretario general a la militancia, pero ninguno de ellos ha querido avanzar si concurren o no pese a que los dos sugirieron ayer que estarían dispuestos a hacerlo en el caso de un congreso abierto.

Fuentes de los entornos de Madina y de Sánchez han asegurado a Efe que uno y otro se tomarán todavía unos días antes de dar a conocer su decisión final, a la espera de que la reunión de la Ejecutiva del lunes confirme los términos de la propuesta de Ferraz, que contempla una consulta a los militantes unos días antes del congreso federal del 19 y 20 de julio.

También sigue sin haber un pronunciamiento de la presidenta andaluza, Susana Díaz, a quien la mayor parte de los dirigentes territoriales del PSOE han pedido públicamente que dé el paso, aunque su único pronunciamiento oficial, hasta ahora, se remonta al pasado martes, cuando dijo que su prioridad era Andalucía.

No se conoce tampoco la opinión de la exministra Carme Chacón, que esta noche ha regresado a Estados Unidos para completar su contrato con una universidad pública de Miami en la que da clases desde septiembre pasado y que no volverá a España hasta dentro de unos días.

La propuesta de Ferraz ha sido enviada a las federaciones para que hagan sus aportaciones, lo que podría llevar a modificar alguna parte del calendario y de los plazos previstos en el borrador, o incluso cabe la posibilidad de que algún territorio rechace de plano el congreso abierto, hipótesis que fuentes socialistas ven muy poco probable.

Madina fue el primero en plantear públicamente la necesidad de abrir el congreso a todos los militantes y estos días ha insistido en la idea de que "un nuevo partido no puede empezar con los métodos de un viejo partido" y de que el PSOE "pertenece a su gente" y no a los "barones" territoriales.