Tres años después, cuando muchos lo daban por amortizado, el descontento social que fraguó en el movimiento del 15M ha llegado a las urnas y lo ha hecho, a través sobre todo de Podemos, con una fuerza que ha sorprendido a sus propios impulsores.

Un millón doscientos cuarenta y cinco mil votos, casi el 8 por ciento del total; cinco escaños en el Parlamento Europeo; cuarta fuerza política del país. Así ha irrumpido la formación de Pablo Iglesias en el panorama electoral.

No es Podemos el partido del 15M, pero sí la opción que, a la vista de los resultados, ha sabido cristalizar mejor el descontento de aquellos "indignados" que fueron portada en publicaciones internacionales durante la primavera de 2011.

La nueva formación, creada en enero con el objetivo de "convertir la indignación en cambio político", se marcó como meta conformar un amplio frente de izquierdas que fuera capaz de acabar con el bipartidismo y dar respuesta a los verdaderos problemas de los ciudadanos. Para ello, Iglesias hizo un llamamiento a IU y a otras fuerzas y movimientos políticos para concurrir en una sola candidatura en estos comicios, si bien el acuerdo no fue finalmente posible y Podemos se presentó en solitario.

Entre dichos postulados centrales, que Pablo Iglesias se encargará ahora de defender desde su escaño en Estrasburgo, está por ejemplo, la necesidad de poner en marcha una auditoría ciudadana de la deuda pública y privada "para delimitar qué partes de éstas pueden ser consideradas ilegítimas", medida que ya fue adoptada por el Gobierno de Ecuador de Rafael Correa y que el profesor ha utilizado como ejemplo de cómo se debería hacer.

De hecho, Iglesias ha defendido en varias ocasiones que los gobiernos de izquierdas latinoamericanos constituyen un ejemplo de que es posible "hacer una gestión postneoliberal de la crisis", sin cuestionar "ciertas reglas de la economía de mercado, aunque planteando un horizonte socialista".

En esta línea, Podemos también aboga por recuperar el control público en sectores estratégicos de la economía como las telecomunicaciones, la energía, la alimentación, el transporte, el sanitario, el farmacéutico y el educativo, "mediante la adquisición pública de una parte de los mismos, que garantice una participación mayoritaria pública en sus consejos de administración y/o creación de empresas estatales que suministren estos servicios de forma universal".

"Todo este programa de reformas se verifica como posible y viable si vemos lo que ha pasado en América Latina en los últimos años. Aunque con contradicciones y problemas, los resultados son espectaculares en Venezuela, que se ha convertido en el país que más ha reducido la desigualdad, o en Bolivia y Ecuador", aseguraba en una entrevista en el canal 'Cubainformación'.

Asimismo, Iglesias y su formación también defienden la necesidad de abrir un proceso constituyente que establezca nuevas bases jurídicas de convivencia para garantizar los derechos sociales de la población, en las que elementos como la propiedad privada estén subordinados al interés social.

Otra de las bases que sustentan su programa es la apuesta por impulsar la participación ciudadana a través, por ejemplo, de la creación de un Comisariado de Participación en la Comisión Europea o de la puesta en marcha obligatoria de unos "presupuestos participativos" en todos los ámbitos de la administración.

Renta básica y "derecho a decidir"

El partido propone el derecho a una "renta básica" para todos los ciudadanos, así como "el derecho de los distintos pueblos de Europa a constituirse como tales y decidir democráticamente su futuro". Igualmente, la formación propugna la jornada laboral a 35 horas semanales y situar de la edad de jubilación a 60 años.

Además de su programa, Podemos elaboró un decálogo de compromisos que ahora Pablo Iglesias y los otros cuatro nuevos eurodiputados de la formación deberán cumplir desde sus escaños, entre los que figuran, entre otros, la obligación de que la retribución neta mensual que perciban sea como máximo tres veces el salario mínimo español, es decir, unos 1.935 euros en 14 pagas, y de destinar el dinero sobrante a financiar a la formación o a otros proyectos que compartan los fines de Podemos.