De esposa y madre perfecta a ejecutora de una muerte cruel

La mujer que mató a Isabel Carrasco por "inquina personal", por el daño que según ella la política había hecho a su familia, pasaba por ser la "esposa perfecta", una "madre abnegada". Quienes coincidieron con ella en los diversos actos a los que acudía con su marido, el comisario de Astorga, siempre se la veía sonriente, discreta, cordial, afable. Ni una salida de tono. Se la veía siempre en Astorga, en León, junto a su hija, con la que alternaba también por la noche. La mujer nació en Carrizo de la Ribera, una pequeña población cercana a Astorga, en el seno de una familia de agricultores. Su madre aún reside en la localidad. Aunque se ha dicho que es funcionaria, quienes la conocen no acaban de ubicar muy bien si se ha dedicado a alguna profesión. Vivió siempre con su marido hasta hace unos años. Pablo Antonio Martínez, que entró en la Policía en los setenta, estuvo destinado desde 1983 hasta 2003 en Asturias, donde llegó a estar al frente de varios grupos de seguridad ciudadana y estupefacientes. En 2003 fue destinado a Astorga, a donde le siguió su familia. Fue allí donde Montserrat entró en el PP y se inició la relación con Isabel Carrasco que llevaría al desgraciado crimen del pasado lunes.