El juez Elpidio José Silva ha logrado este jueves suspender el juicio que se sigue en su contra por un presunto delito de prevaricación cometido en la instrucción del 'caso Blesa' al pedir la recusación de dos miembros del tribunal. Una propuesta que ahora debe ser resuelta por la Sala del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

El acusado ha presentado en la cuarta sesión del juicio un incidente de nulidad contra la magistrada del tribunal María Tardón por "representar al Partido Popular" en la asamblea general de Caja Madrid y contra el presidente, Arturo Beltrán, por "falta manifiesta de imparcialidad". "Es un descrédito y una vergüenza para la Administración", ha dicho.

Silva ha explicado que esta misma mañana ha presentado una demanda civil en un juzgado de primera instancia de Madrid contra Tardón y Beltrán por "vulnerar sus derechos fundamentales" y ha solicitado una indemnización de diez euros. Al presidente del tribunal le acusa de permitir la presencia de la magistrada, no aceptar la renuncia de su abogado e integrar la sala que, en fase intermedia, componían otros dos togados que finalmente fueron apartados.

La solicitud de recusación ha obligado a suspender la vista hasta que resuelva la sala competente del Tribunal Superior de Justicia. Su presidente formará la denominada Sala del 77, formada por el presidente de lo Civil y Penal, de lo Social, de lo Contencioso, el magistrado más antiguo y el más moderno.

Tras ello, se dará traslado del incidente al fiscal y las acusaciones para que expresen su posición y un miembro del tribunal será el instructor encargado de dictar una ponencia sobre esta cuestión y que será estudiada por la sala. Cuando Silva apartó a dos miembros del primer tribunal que se formó para juzgarle, la resolución tardó cuatro días aunque en aquella ocasión los aludidos aceptaron abstenerse.

La magistrada María Tardón ya explicó este miércoles que fue miembro de la asamblea general de Caja Madrid hace diez años --antes de integrar la Carrera Judicial--, que "jamás" ha tenido amistad con Miguel Blesa y el resto de testigos, que no tiene relación con los hechos investigados y que tampoco tiene "un interés directo ni indirecto" en esta causa.

Al principio de la cuarta sesión del juicio, el abogado Cándido Conde-Pumpido Varela ha reclamado al tribunal que le dispense de seguir ejerciendo la defensa de Silva después de que ayer su "excliente" profieriera "manifestaciones que atentan directamente contra su dignidad profesional". "No estoy dispuesto a seguir oyendo cómo se denigra personal y profesionalmente sin que se haya hecho nada por parte de la presidencia", ha remachado.

"No cuento con la confianza de mi defendido", ha expuesto el letrado, para pedir abandonar el estrado al considerar que su situación es "insostenible" desde el punto de vista "profesional y humano". Silva ha insistido que ya no gozaba con la confianza de Conde-Pumpido porque no está ejerciendo su función "de manera adecuada".

"No responde a ninguna estrategia marcada por este letrado, sino a una pérdida eficaz y evidente de la confianza que está siendo exteriorizada y va a ser exteriorizada públicamente, ocasionándome un daño que no tengo el deber de soportar", ha añadido Conde-Pumpido.

El presidente del tribunal, Arturo Beltrán, ha dado por zanjada "definitivamente" esta cuestión al haber "actos concluyentes" que permitieron determinar que la renuncia era fraudulenta.

El fiscal Manuel Moix pide para él una pena de 30 años de inhabilitación para trabajar en la Administración de Justicia por delitos de prevaricación, retardo malicioso en la Administración de Justicia y dos delitos contra la libertad individual de Blesa. El ex banquero solicita que sea apartado durante 40 años y Díaz Ferrán que sea condenado a 24 años de inhabilitación especial.

Silva explica sus palabras a micro abierto

El magistrado ha aclarado hoy que cuando ayer le dijo a su letrado "esto es lo que yo quería" cuando fue expulsada y multada una preferentista de su juicio por alterar el orden, pretendió que "se viera" qué tipo de jueces le están juzgando, cuya actitud "bordea la prevaricación".

"Que le imponga cien euros de multa de plano, sin razonamiento, sin ningún tipo de precedente mínimamente de investigación ignorando su situación económica, esto bordea la prevaricación y eso es lo que yo quería que se viera, qué tipo de jueces están ahí sentados dirigiendo esto", ha respondido el juez a los periodistas a su salida del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM).

Un micrófono captó ayer estas palabras del acusado hacia su defensor, Cándido Conde-Pumpido Varela, después de que el presidente de la Sala, Arturo Beltrán, expulsara y multara -tras haberlo advertido durante toda la mañana- a una preferentista que interrumpió el interrogatorio como testigo al expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa.

"Estoy como acusado ante un tribunal que no es civil, parece militar, inquisitorial", ha lamentado.

Silva ha logrado hoy finalmente que el tribunal aplace su juicio al haber recusado a dos de los magistrados del tribunal, Arturo Beltrán y María Tardón, por su "manifiesta falta de imparcialidad" estos días al no aceptar la renuncia de su defensor. En el caso de la magistrada, además, le reprocha que formara parte de la Asamblea General de Caja Madrid bajo la presidencia de Blesa.

"Resulta absolutamente increíble que esta señora me esté enjuiciando en esta cosa que no podemos llamar un juicio", ha señalado Silva.