El primer ministro británico, David Cameron, aseguró hoy al ministro principal gibraltareño, Fabian Picardo, que el Reino Unido "siempre apoyará a Gibraltar" y que los intereses de la población del Peñón "importan profundamente" a su Gobierno.

Cameron recibió hoy en su residencia oficial de Downing Street a Fabian Picardo, que puso fin a una visita de cuatro días a Londres para tratar, entre otros asuntos, lo que considera "inaceptables retrasos" de las últimas semanas en la frontera con España.

Al término del encuentro, el "premier" conservador británico resaltó el compromiso del Reino Unido con su colonia. "El Reino Unido siempre apoyará a Gibraltar. Siempre apoyaremos los intereses de la población que vive en Gibraltar. Es algo que nos importa profundamente", señaló Cameron, según un comunicado.

Por su parte, el ministro principal de Gibraltar agradeció al "premier" británico su compromiso con el Peñón y aseguró que ello "significa mucho para" los gibraltareños.

"La población de Gibraltar sabe que tiene un amigo en David Cameron y en William Hague (ministro británico de Asuntos Exteriores)", apuntó Fabian Picardo.

Cameron recibió a Picardo un día después de lo previsto, ante la votación de anoche en la Cámara de los Comunes que finalmente paralizó sus planes para participar en una intervención militar contra Siria en apoyo de Estados Unidos.

Este miércoles, Picardo se entrevistó en Londres en la sede del Foreign Office con William Hague, quien también le manifestó el "compromiso" del Reino Unido con la población del Peñón.

Hague habló con Picardo de los "inaceptables retrasos" en la frontera de España y Gibraltar, según un comunicado divulgado entonces por ese ministerio.

William Hague reafirmó también en la reunión "los fuertes lazos entre el Reino Unido y Gibraltar y el compromiso del Reino Unido de apoyar a la población de Gibraltar".

Gibraltar mantiene una relación tensa con España desde el mes pasado, cuando lanzó decenas de bloques de hormigón en la Bahía de Algeciras supuestamente para crear un arrecife natural, lo que impide que los pescadores españoles faenen en esas aguas.

Poco después el Gobierno español empezó a aplicar controles de entrada y salida en la frontera común, que se tradujeron en largas esperas en la Verja, lo que provocó protestas por parte de las autoridades del Peñón y del Reino Unido.