El expresidente del Gobierno Felipe González ha pedido "reflexionar seriamente" sobre los escraches y se ha preguntado: "¿por qué un niño tiene que aguantar una presión en la puerta de su casa?".

González, al ser preguntado por el fenómeno de los escraches antes de participar en un almuerzo de la Asociación para la Defensa de la Transición, ha afirmado que es "una importación que hemos hecho de Argentina donde se hacía por causas distintas, y no es la mejor importación que hemos hecho".

En opinión del expresidente, se está creando un cierto consenso de que la movilización tiene que respetar lo que puede ser una violencia contra las personas.

Por otro lado, respecto a las advertencias de la Comisión Europea sobre los datos macroeconómicos, González se ha declarado "un optimista escarmentado", pero ha precisado que el optimismo hay que administrarlo bien.

Ha asegurado que en un país con el 25 o 26 por ciento de paro "no se puede decir que las cosas estén mejorando, y además de socialmente insoportable, es un dato económico".

Ha agregado que "no es posible que haya confianza cuando el proceso de destrucción de empleo nos ha llevado hasta eso. Bruselas no puede decir que las cosas están mejorando".